SOLIDARIDAD
Un padre de acogida de niños saharauis: “Algunos no sabían ni bajar las escaleras”.
Alrededor de 900 niños saharauis de entre ocho y catorce años pasarán tres meses de vacaciones con familias de acogida en Andalucía

Un padre de acogida de niños saharauis: “Algunos no sabían ni bajar las escaleras”.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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900 niños saharauis podrán pasar su verano en las costas andaluzas gracias a “Vacaciones en Paz”, un programa que desde hace veinte años tiene como objetivo que estos pequeños -procedentes de Argelia- mejoren durante un tiempo su calidad de vida. Para llevar a cabo esta labor, la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara cuenta con la ayuda de familias voluntarias que acceden a cuidar de estos niños. Uno de estos voluntarios es Jesús Rico -casado y con una hija- que lleva también veinte años realizando colaborando. Jesús ha relatado su experiencia en 'Herrera en COPE MÁS Málaga' , experiencia que comenzó cuando él y su mujer se animaron al ver un anuncio que hablaba sobre esta iniciativa.
MÁS DE 20 AÑOS DE ACOGIDA
Jesús cuenta que los pequeños durante la estancia se convierten en un miembro más de la familia, y explica que la acogida consiste principalmente en “darles lo que allí no pueden comer, ir mucho a la playa, divertimento... en fin, que se olviden un tiempo de lo mal que lo están pasando”. Hay muchos niños que repiten este programa -de hecho, según explica Jesús, es normal acoger más de una vez al mismo chico o chica-, pero aquellos que lo hacen por primera vez dejan tras de sí anécdotas sorprendentes; “Niños que no saben bajar o subir las escaleras, -porque en el Sahara no hay escaleras- o darle a un botón ver la luz y sorprenderse. Esto último les llama mucho la atención, de hecho, más de una vez hemos “pillado” a uno de ellos dándole al interruptor durante un buen rato”.
En más de 20 años de acogida, Jesús y Mª Ángeles -su mujer- han tenido la oportunidad de repetir con varios niños y de verles crecer, de hecho, a día de hoy algunos de ellos ya son hombres. Gracias a las redes sociales pueden mantener el contacto, aunque para ellos no es suficiente; Mª Ángeles ha viajado dos veces al Sahara para volver a verlos, y de paso, ha aprovechado para conocer a sus familias de origen. Ver el entorno y ver como viven allí es algo que Jesús califica como “gratificante”, aunque la vida allí sea muy difícil.
Jesús anima a más familias a realizar esta labor, ya no solo por ayudar a estos chicos, sino también por lo enriquecedor de la situación. Él considera que la presencia y el ejemplo de estos chicos en su casa le ha servido mucho a su hija, que durante casi todos los veranos de su vida se ha criado con ellos. Jesús asegura que los pequeños “saben valorar mucho más las cosas”, y que “da lástima despedirse”, sobre todo cuando es el último verano que los jóvenes pueden pasar en España.
Este verano, la familia de Jesús tendrá en su casa por segunda vez a Beya, uno de los casi mil niños que pasarán sus vacaciones con una familia andaluza.