Caja Rural cierra 2024 con un beneficio histórico de 43 millones y consolida su compromiso social y financiero

Caja Rural ha cerrado el ejercicio 2024 con unos resultados excepcionales que consolidan su fortaleza en el sector financiero español y refuerzan su papel como motor de desarrollo social y económico en su entorno. La entidad ha alcanzado un beneficio neto de 43,04 millones de euros, cifra que refleja una gestión sólida, prudente y con visión a largo plazo, fiel al modelo de banca cooperativa y de cercanía que la caracteriza.

El ejercicio se ha saldado con un margen de intereses de 108,4 millones de euros y un margen bruto de 123,2 millones, lo que ha permitido alcanzar un beneficio antes de impuestos de 50,6 millones. A cierre del año, los activos totales de la entidad ascendían a 3.953 millones de euros, con una ratio de capital del 19,52 %, una eficiencia del 44,56 % y una sobresaliente cobertura de liquidez (LCR) del 383,89 %, muy por encima de la media del sector. Estos datos ponen de relieve la solidez del balance de Caja Rural y su capacidad para continuar acompañando a empresas, cooperativas y familias, incluso en escenarios de incertidumbre.

Más allá de los resultados financieros, Caja Rural ha reafirmado su compromiso con el desarrollo de su territorio destinando 4,29 millones de euros al Fondo de Educación y Promoción. A través de esta iniciativa, se han canalizado recursos hacia proyectos sociales, culturales, educativos y profesionales, destacando las aportaciones a la Fundación Caja Rural (1,4 millones), al fomento del cooperativismo y desarrollo local (1,2 millones), así como a iniciativas de cultura y deporte (754.000 €), formación profesional (228.000 €), promoción del entorno (341.000 €) y otros programas que, en su conjunto, fortalecen el tejido social del territorio.

En línea con sus valores fundacionales, Caja Rural continúa avanzando en su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), integrando políticas activas en sostenibilidad, digitalización responsable, inclusión financiera y apoyo al sector agroalimentario. La entidad demuestra así que es posible crecer de forma rentable sin perder de vista la dimensión social, apostando por un modelo de banca responsable, cercana y comprometida con el futuro.

Caja Rural ratifica así su vocación como agente transformador del territorio, reafirmando su identidad como una banca comprometida con las personas, la economía real y el desarrollo sostenible.