La historia de Paula, la pequeña 'Dory' que venció a la leucemia gracias a un trasplante de médula
Tras casi tres años de lucha contra la leucemia, Paula Báñez, una niña de Almonte, ha logrado superar la enfermedad gracias a un trasplante de médula.

Huelva - Publicado el
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La historia de Paula Báñez, una joven almonteña de 13 años, ha llegado a un emocionante final feliz. Tras casi tres años de lucha contra la leucemia, esta semana ha marcado un hito fundamental: los médicos le han retirado el reservorio que durante todo este tiempo fue la vía de entrada para su tratamiento oncológico. Un pequeño dispositivo que, aunque invisible desde fuera, simbolizaba su dura batalla diaria. Hoy, ya no lo necesita.
Todo comenzó el 2 de noviembre de 2022, cuando Paula ingresó en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y recibió el diagnóstico que cambiaría su vida y la de su familia: leucemia. A partir de ahí comenzó un largo camino de quimioterapia, ingresos, visitas hospitalarias y esperanza. Pero también fue el inicio de una historia de solidaridad y lucha que tocó el corazón de miles de personas dentro y fuera de Huelva.

Una enfermera, una idea, una campaña que cambió vidas
La historia dio un giro clave cuando Ángela Feria, enfermera y auténtico motor emocional del proceso, propuso a la familia iniciar una campaña para buscar un donante de médula compatible. Entre Paula y Ángela nació un vínculo especial, más allá del habitual entre paciente y profesional sanitario. Tanto que se apodaron mutuamente como los personajes de Buscando a Nemo: Paula es “Dory” y Ángela, su “Nemo”. De ahí nació también el lema que ha guiado toda esta travesía: “Sigue nadando, Dory”.
La iniciativa se concretó en un perfil de Instagram: @siguenadandodory, que pronto se volvió viral. El objetivo era doble: encontrar un donante compatible para Paula y, al mismo tiempo, sensibilizar sobre la importancia de donar médula ósea. La respuesta fue impresionante. La sociedad onubense, y personas de toda España, se volcaron con la causa.
Gracias a esta ola de solidaridad, se multiplicaron los registros de donantes. Tanto es así que, donde antes las extracciones se enviaban a la Fundación Josep Carreras una vez a la semana, comenzaron a enviarse a diario. Finalmente, en junio de 2023, llegó el milagro: se localizó una médula compatible —no procedente de España, pero sí fruto del movimiento creado por la campaña— y Paula se sometió al trasplante.
Cinco semanas en aislamiento… y una nueva vida
La operación, realizada en apenas 55 minutos, fue un éxito. A partir de ahí, Paula pasó cinco semanas en aislamiento, un período crucial para que su cuerpo aceptara la nueva médula. Poco a poco, la recuperación fue dando sus frutos. En palabras de su enfermera Ángela: “Todo fue genial. De momento, ninguna incidencia ni ninguna reacción”. Un mensaje que supuso un soplo de alivio para todos los que habían seguido el proceso.
Hoy, Paula hace vida prácticamente normal: ha vuelto al instituto, participó con su familia en la romería del Rocío y ya no está inmunodeprimida. Solo le quedan las revisiones periódicas, necesarias para mantener todo bajo control.
“No podemos dejar de decirlo: donar médula salva vidas”
Su padre, Ezequiel Báñez, lo tiene claro: “Estamos muy agradecidos a todos los que han rezado, colaborado, y especialmente a los medios como COPE, que han estado ahí desde el primer día. Pero sobre todo, queremos seguir recordando que donar médula es vital. Es un proceso indoloro, seguro y puede significar la vida para alguien”.
Desde la Plataforma Médula para Todos Huelva, recuerdan que cualquier persona entre 18 y 40 años puede registrarse como donante. Basta con una simple muestra de sangre. Y aunque no todos los donantes serán compatibles con Paula, pueden serlo con otros niños y adultos que hoy esperan su oportunidad.
Un final feliz… que abre nuevas puertas
La historia de Paula no solo ha terminado bien, sino que ha servido de impulso para otras familias que atraviesan el mismo camino. Lo que empezó como una campaña familiar impulsada por una enfermera con vocación, se ha convertido en un símbolo de lucha, esperanza y empatía.
Hoy, Paula puede mirar al futuro con una sonrisa. Y su historia nos recuerda que la solidaridad puede salvar vidas.