Después de en la temporada 1978/79 salvar la categoría con muchos apuros, el Club Deportivo Motril acabaría firmando en la siguiente su mejor actuación en Tercera División, un sexto puesto en una competición compuesta entonces por sólo ocho grupos. Marciano Morales accedía a la presidencia y el recientemente desaparecido Wilder Barcos, que venía de entrenar al Jerez Industrial, se hacía cargo de la dirección técnica del plantel blanquiazul.

El Motril hizo del estadio municipal Escribano Castilla un auténtico fortín pues sólo cedió una derrota (0-1 ante los jienenses del Carolinense) y dos empates, cosechando 16 victorias, incluida la obtenida, por 2-1 sobre el campeón de aquella liga, el Mérida Industrial. El triunfo más amplio se produjo sobre el Llerenense (4-1) y frente a este conjunto extremeño fue precisamente la única victoria a domicilio (1-2).

Sería aquella temporada también la de la histórica eliminatoria de Copa del Rey frente al Almería, aquella en la que dos lamentables actuaciones arbitrales que protagonizaron dos ilustres colegiados de la época, Pes Pérez y Jaramillo González, impidieron que los motrileños consumaran la proeza de eliminar a todo un equipo de Primera División. Al término de la liga el CD Motril aliviaba su ya delicada situación económica con la venta de Mané al Cádiz, operación que supuso el ingreso en tesorería de dos millones de pesetas.

El día de la foto, realizada en las gradas del Escribano Castilla, faltaban por incorporarse al plantel Varo, Roldán, Núñez y Miguel Mira. Además, Wilder no tardó en subir al primer equipo a los canteranos Esparrell y Nofuentes. En la imagen que ilustra esta sección se pueden ver, en la fila superior, a Wilder Barcos (entrenador), Tirado, Roldán, Agulle, Fede, Antonio Godoy y Paco Rojas (segundo entrenador); en la central figuran Pepe Godoy, Cruz, Callejón, Novo y Montes; en la de abajo se encuentran Mané, Navarro, Patuli, Peiró, Blanco Navarro y Andrés.