El arzobispo de Granada destaca los deseos de "paz y la unidad" en la primera alocución del Papa León XIV
Monseñor Gil Tamayo invita a todos los fieles a rezar especialmente por el sucesor de san Pedro

Monseñor José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada
Granada - Publicado el
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El Vaticano ha amanecido este viernes con un aire de renovación. El nuevo Papa, León XIV, elegido en la tarde del jueves 8 de mayo de 2025, ha comenzado su primera jornada completa como pontífice presidiendo una misa solemne junto a los cardenales en la Capilla Sixtina. Con esta celebración, que ha tenido lugar a las 11.00 horas, Robert Francis Prevost ha dado inicio a una etapa histórica: la del primer papa estadounidense en los casi dos mil años de la Iglesia católica.
Los retos que esperan a León XIV Robert Prevost, estadounidense de origen, ha asumido el liderazgo en un momento clave para la institución, con una herencia de transformaciones impulsadas por su predecesor, el Papa Francisco, que dejó cuestiones abiertas y desafíos por resolver. En los próximos años, León XIV tendrá que enfrentar una serie de retos que no solo involucran la unidad interna de la Iglesia, sino también su relación con la sociedad global y la necesidad de renovación en ámbitos clave. Uno de los desafíos más visibles que enfrenta León XIV es el de unificar a la Iglesia Católica. Durante los doce años de pontificado de Francisco, la Iglesia ha vivido una creciente polarización. Aunque los cardenales han sido reacios a admitirlo, la brecha entre las alas moderada y conservadora de la Iglesia ha ido ampliándose, en especial debido a las reformas y aperturas que Francisco implementó en áreas como el diaconado femenino y la sinodalidad. La sinodalidad, uno de los pilares del pontificado de Francisco, es un modelo que busca construir una Iglesia donde todos tengan voz, un objetivo que ha chocado con sectores más tradicionales y críticos que prefieren un enfoque más rígido en la doctrina. Para León XIV, sanar esta división será estratégico, ya que no solo implicará mantener el equilibrio doctrinal, sino también fortalecer la comunidad eclesial en su conjunto. Además de la polarización interna, el próximo Papa deberá gestionar las crecientes tensiones entre la Iglesia en Occidente y la de otras partes del mundo, particularmente en África, donde las opiniones sobre cuestiones sociales como el reconocimiento de las parejas homosexuales continúan siendo un punto de discordia. La unidad eclesial será, sin duda, una de las prioridades del papado de León XIV, y su habilidad para dialogar con las diferentes facciones dentro de la Iglesia será clave. A la par de los problemas financieros, la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia sigue siendo un tema urgente. Aunque el Papa Francisco dejó una serie de normas para combatir los abusos, las víctimas siguen pidiendo mayor transparencia en los procesos judiciales y una mayor celeridad en las investigaciones. León XIV se enfrentará a la presión de implementar estas normativas en las diócesis, así como a la necesidad de asegurar una mayor protección para los menores y los vulnerables dentro de la Iglesia.