Foto: Manuel Lirola

La Asociación Corpus Christi, integrada por exhermanos mayores, ha otorgado el premio anual que concede cada año a una personalidad distinguida en nuestras cofradías. Jacinto Morente, José Barrales y Manuel López Guadalupe han sido los que hasta la fecha habían recibido el galardón. El año pasado no se pudo realizar la entrega por las circunstancias sanitarias y en este 2021 lo ha recibido José Montero. Como en ocasiones anteriores, la distinción se ha materializado con la entrega de una Custodia de plata. El premiado dedicó el reconocimiento a su padre, hermano y Miguel López Escribano.

El galardonado fue hermano fundador de la Concepción en 1977. No es que antes no hubiera en Granada una cofradía con este título, que existe desde al menos el siglo XVI, pero carecía del carácter penitencial. Hasta eso momento, Montero era uno de esos cofrades que veía procesiones y poco más. Un par de años llegó a participar en el Santo Sepulcro como penitente, debido a su vinculación académica con la Academia Isidoriana, ligada a la Hermandad Oficial. Pero un Domingo de Ramos de aquel tiempo ya lejano, ante la enfermedad de su hija, su esposa lo animó a salir a la calle en solitario a participar de la jornada y terminó recalando en El Sota, con su amigo el cantaor Curro Andrés. Ese día nació la Cofradía de la Concepción. El resto de la historia de esta asociación de fieles es conocida.

Desde que se creó la corporación del Jueves Santo, Pepe Montero ha pertenecido a su Junta de Gobierno y con el tiempo llegó a ser Hermano Mayor. Fue durante dos períodos. El primero entre 1984 y 1989, el segundo desde 1992 hasta 2002. Además, durante 21 años ejerció una de las labores más complejas de la directiva de la Federación: Vocal de Horarios e Itinerarios. Este cargo ha puesto a prueba su paciencia y bonhomía en las reuniones que a modo de encaje de bolillos, entretejen el devenir de las procesiones durante la Semana Santa.

Cuando le pedimos a Montero que nos cuente algunos de los momentos más significativos de su labor, no puede olvidarse del incendio en la Capilla donde se rinde culto a su titular mariana en el Convento de la Concepción en 1995. Nos relata que por fortuna sucedió poco antes de unos cultos y tres valientes hermanos se adentraron en ella para salvar la Virgen, relatándonos algo que nos recuerda la historia del incendio del camarín de las Angustias. “La imagen la sacaron hasta con su corona – relata- y eso no lo hemos logrado en ninguna otra ocasión, porque para sacarla se la tenemos que quitar”. También recuerda los quebraderos de cabeza que le han dado los horarios e itinerarios del Miércoles Santo y que finalmente se tuvieron que resolver mediante un decreto.

Pepe Montero es además hermano del Silencio, pero nunca ha podido salir en la procesión, ya que no es compatible con su participación en la estación de penitencia de la Concepción. El cofrade continúa activo y sigue de forma ininterrumpida formando parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad que lo tuvo como fundador. La Semana Santa de Granada sigue teniendo en él, uno de sus principales baluartes.