Un trozo de algodón para saber qué droga se esconde en una superficie y en qué cantidad

Detectar drogas de forma rápida, precisa y con procesos sencillos es uno de los grandes retos en el ámbito forense y de control. Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba ha dado un paso clave al desarrollar un nuevo método que permite no solo identificar el tipo de droga en una superficie, sino también la cantidad exacta. Este avance, logrado por el grupo de investigación FQM-215, destaca por su rapidez, ya que ofrece resultados en apenas cinco minutos, y por su simplicidad, al utilizar un elemento tan cotidiano como una tela de algodón para recoger la muestra.

Un muestreo simple y sostenible  

El procedimiento combina dos fases principales: el muestreo y el análisis. A diferencia de otros métodos más complejos que requieren un alto consumo de disolventes, esta técnica apuesta por la sostenibilidad. Para la recolección, basta con humedecer un pequeño trozo de tela de algodón con apenas 20 microlitros de metanol, un disolvente orgánico. Según explica Carlos Calero Cañuelo, uno de los investigadores, este material, por su composición de celulosa, “favorece la extracción de los compuestos desde la superficie hacia la tela”.

Una vez la muestra ha sido capturada en el algodón, esta se coloca en una interfaz diseñada por el equipo para su análisis directo mediante espectrometría de masas. La tela se calienta para que los compuestos se evaporen y pasen a una segunda fase donde se cargan positivamente (ionización con plasma). De este modo, el espectrómetro de masas puede identificarlos y cuantificarlos sin necesidad de análisis cromatográficos previos, lo que “reduce considerablemente los tiempos de análisis, además de ser un método bastante fiable”.

El uso de espectrometría de masas nos permite alcanzar niveles de sensibilidad y selectividad bastante elevados"

Carlos Calero

Investigador de la Universidad de Córdoba

La efectividad del método es tal que puede identificar residuos de drogas invisibles a simple vista. “El uso de espectrometría de masas nos permite alcanzar niveles de sensibilidad y selectividad bastante elevados”, detalla Calero. Concretamente, el sistema es capaz de detectar hasta 4 nanogramos de droga en una superficie de 100 centímetros cuadrados, una cantidad ínfima que demuestra la alta precisión de la técnica desarrollada en la Universidad de Córdoba.

El reto de la cuantificación  

Uno de los principales desafíos durante el desarrollo ha sido la reproducibilidad de la interfaz que conecta la muestra con el espectrómetro. Al ser un diseño propio, su comportamiento podía variar entre mediciones. Sin embargo, el equipo ha solucionado este inconveniente utilizando compuestos de comportamiento similar a las drogas de interés que permiten corregir esas variaciones, aunque esto supone una limitación por el coste más elevado de dichos reactivos.

La clave para determinar la cantidad exacta de droga reside en un proceso de calibración previa. Los investigadores depositan cantidades conocidas de una sustancia en una superficie, realizan el análisis y generan una recta de calibrado. Esta recta se convierte en una referencia que permite, al analizar una muestra con una cantidad desconocida, obtener una señal e interpolarla para saber la concentración precisa. Este enfoque, aplicado directamente sobre la superficie, es lo que aporta una “fiabilidad extra” al método frente a otros.

Aplicaciones y futuro del método  

Las aplicaciones potenciales de esta tecnología son numerosas y variadas. En el ámbito de la seguridad, es ideal para el control de fronteras o aduanas, permitiendo analizar rápidamente si un tejido o una maleta ha estado en contacto con estupefacientes. Más allá del campo forense, el método se podría extrapolar al análisis de muestras alimentarias para detectar, por ejemplo, la presencia de pesticidas aplicados en la superficie de frutas y verduras.

A pesar de su alta sensibilidad, en la investigación siempre hay margen de mejora. El propio Calero señala que el objetivo es seguir perfeccionando el sistema. En ciertos contextos, como en análisis forenses muy complejos, la cantidad de residuo puede ser incluso inferior a la que detectan actualmente. Por ello, el siguiente paso es “intentar ser cada vez más sensible, es decir, que tengamos la capacidad de determinar cantidades incluso más pequeñas”.