Los ayuntamientos de Córdoba activan planes de choque ante el auge de mosquitos y enfermedades asociadas
Todos los ayuntamientos que se encuentran dentro de alguna de las zonas de riesgo deben contar con un plan de actuación

La amenaza del mosquito tigre
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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La amenaza del mosquito tigre, unido al riesgo creciente del virus del Nilo, ha puesto en alerta a los municipios cordobeses este 2025. Tras una primavera especialmente lluviosa, la combinación de altas temperaturas y humedad ha creado el escenario ideal para la proliferación de mosquitos, con especial preocupación por las especies invasoras como el Aedes albopictus (mosquito tigre), y el Culex, vector del virus del Nilo Occidental. Las instituciones se movilizan, pero la responsabilidad directa recae, según marca la normativa de la Junta de Andalucía, en los propios ayuntamientos.
Uno de los puntos clave en la prevención pasa por los planes municipales. Así lo explica Elena Jiménez, técnica de Sadeco, que detalla que “la Junta obliga a todos los ayuntamientos que se encuentren en zonas de riesgo medio o alto a contar con su propio plan de vigilancia y actuación frente a mosquitos. Desde Sadeco hemos puesto en marcha una campaña específica para reducir focos de cría del mosquito tigre, especialmente en zonas urbanas con agua estancada, como patios, jardines y macetas, donde esta especie suele reproducirse con gran rapidez”. A esto se suman campañas informativas, reparto de larvicidas y revisiones técnicas en espacios públicos.
La Junta de Andalucía ha adelantado este año su plan de vigilancia del virus del Nilo, que en 2024 comenzó en junio y que ahora ha arrancado en mayo. Con él se han cuadruplicado las trampas para capturar mosquitos, pasando de 27 a 120, repartidas por toda la comunidad autónoma. Esta vigilancia incluye análisis PCR sobre los propios insectos y seguimiento de aves, principales portadoras del virus. Cabe recordar que, aunque los humanos y los caballos pueden enfermar, no son transmisores del virus. En 2023, once personas fallecieron por esta enfermedad en Andalucía.
El control del mosquito tigre, aunque distinto al del virus del Nilo, comparte protagonismo este año. Esta especie invasora se ha asentado en la región gracias a los inviernos suaves y al cambio climático, y su picadura es mucho más agresiva que la del mosquito común. A diferencia del Culex, el mosquito tigre puede transmitir enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla, aunque por ahora su capacidad transmisora en la Península sigue siendo limitada.
LOS MUNICIPIOS DE LA PROVINCIA
Uno de los municipios que ha desarrollado su propio plan de actuación es La Carlota. Su alcalde, Antonio Granados, confirma que “contamos con una empresa local especializada que realiza tratamientos periódicos en puntos críticos del municipio para reducir la presencia de mosquitos”. Entre los retos que afronta el Ayuntamiento están los inmuebles abandonados con piscinas sin uso. “En estos casos, al no poder actuar directamente, hemos solicitado a la Diputación un instrumento legal que nos permita intervenir. Hay viviendas cerradas con piscinas estancadas donde el riesgo es muy alto, y necesitamos poder acceder para tratar el agua o aplicar otras medidas si es necesario”.
La Diputación de Córdoba, por su parte, ha puesto a disposición de todos los municipios de la provincia un plan de apoyo dotado con 500.000 euros, independientemente del nivel de alerta que presenten frente al virus del Nilo. Este plan incluye asistencia técnica, materiales y recursos económicos para que incluso los municipios más pequeños puedan asumir las obligaciones marcadas por la Junta.
Actualmente, Córdoba cuenta con 11 municipios en nivel alto de riesgo: Alcaracejos, Fernán Núñez, Fuente Obejuna, La Rambla, Lucena, Montalbán, Palma del Río, Puente Genil, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Rey y Pedro Abad. Otros 41 se encuentran en nivel medio y 25 en nivel bajo, lo que implica distintos grados de intervención y vigilancia.
Desde la Junta se insiste en que la vigilancia debe adaptarse a la situación local, en función del riesgo y del entorno. Los municipios en nivel alto o medio deben realizar tratamientos específicos para controlar a los mosquitos vectores del virus del Nilo, mientras que los de nivel bajo deben establecer al menos un plan de seguimiento. La expansión del mosquito tigre añade una capa de complejidad a estos planes, ya que su hábitat está mucho más vinculado al entorno urbano y doméstico que al natural.
Diferencias clave y síntomas
El mosquito tigre se diferencia del común por su cuerpo negro con rayas blancas, especialmente en las patas traseras. Vuela más bajo, por lo que sus picaduras suelen concentrarse en las piernas, y se reproduce en pequeñas acumulaciones de agua, como cubos, platos de macetas, bebederos de animales o canalones obstruidos. Una sola hembra puede dar lugar a más de 80 nuevos ejemplares en apenas una semana.
Sus picaduras son más intensas, generan lesiones violáceas, ampollas e incluso fiebre, especialmente en bebés o personas alérgicas. La saliva del mosquito tigre puede permanecer activa en el cuerpo humano varios días y provocar reacciones graves como un ataque de asma o, en casos extremos, un shock anafiláctico. El rascado excesivo también puede derivar en infecciones secundarias.
En cambio, la picadura del mosquito común suele provocar una roncha leve, picor y molestias pasajeras, aunque, si está infectado con el virus del Nilo, puede tener consecuencias graves. El virus del Nilo Occidental puede cursar sin síntomas en la mayoría de los casos, pero en un porcentaje reducido –alrededor del 1%– puede causar fiebre alta, dolor de cabeza intenso, inflamación cerebral (encefalitis), meningitis e incluso la muerte, como ya ha ocurrido en Andalucía en años anteriores.
Prevención ciudadana
Desde las administraciones se insiste en la importancia de la prevención ciudadana. Evitar acumulaciones de agua, limpiar canaletas, vaciar recipientes en patios y jardines, protegerse con repelentes y utilizar mosquiteras son algunas de las medidas más eficaces. “La lucha contra los mosquitos es compartida”, recalca Elena Jiménez. “Sin la colaboración de la ciudadanía, es imposible llegar a todos los puntos donde pueden criarse estos insectos”.
La amenaza está servida. Córdoba afronta un verano especialmente propenso a la proliferación de mosquitos, y los planes están en marcha. Pero, más allá de fumigaciones o trampas, la clave puede estar en algo tan simple como vaciar un cubo o limpiar un desagüe. Porque en esta batalla, cualquier descuido puede convertirse en el mejor aliado del mosquito.