Jóvenes de Córdoba recuerdan al Papa Francisco como un referente de unidad, amor y esperanza
Rafael Serrano y Marina Mora forman parte del grupo juvenil de la parroquia de Cristo Rey de Córdoba, que organiza campamentos de verano y lleva a cabo proyectos misioneros

Grupo de jóvenes de Córdoba en la JMJ
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El legado del Papa Francisco ha calado hondo en toda una generación de jóvenes católicos que encontraron en él una guía espiritual cercana, valiente y comprometida con los más necesitados. Así lo recuerdan muchos de los jóvenes cordobeses que participaron en la última Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Lisboa en agosto de 2023. Allí, miles de jóvenes se reunieron con el Santo Padre en un encuentro que, según ellos, marcó un antes y un después en su vivencia de la fe.
Entre esos peregrinos estaban Rafael Serrano y Marina Mora, dos jóvenes cordobeses que forman parte del grupo juvenil de la parroquia de Cristo Rey, en Córdoba capital. Rafael, que cursa quinto de Medicina, y Marina, que actualmente prepara unas oposiciones, forman parte de una comunidad activa, comprometida, que organiza campamentos de verano y lleva a cabo proyectos misioneros en distintos puntos durante las vacaciones. Ambos comparten una profunda admiración por el Papa Francisco y aseguran que su mensaje los acompaña cada día.
“La JMJ de Lisboa fue una experiencia increíble, y uno de los momentos más especiales fue escuchar al Papa decir que en esta Iglesia cabemos todos”, recuerda Rafael. “Ese mensaje me lo llevé grabado, porque no solo nos hablaba a los jóvenes, nos invitaba a construir una Iglesia acogedora, sin juicios, donde todos puedan encontrar un hogar”. Para este futuro médico, las palabras del Papa resuenan ahora más que nunca, tras conocerse su fallecimiento: “Nos ha dejado físicamente, pero su mensaje sigue vivo, y nos toca a nosotros hacerlo realidad”.
Marina, por su parte, cuenta que las palabras del Papa durante aquella jornada siguen siendo fuente de consuelo y fuerza en su vida diaria: “Cuando estoy cansada, cuando dudo, cuando veo injusticias, recuerdo que él siempre nos pedía ser sembradores de esperanza. Sus palabras siempre estarán vivas”.
La joven destaca también la capacidad que tenía Francisco para hacer de la Iglesia una familia: “Nos hizo sentir que no estamos solos, que hay una comunidad mundial de jóvenes que también busca a Dios, que quiere vivir el Evangelio con alegría”. En Lisboa, compartieron oración, cantos, abrazos y testimonios de vida que les confirmaron que la fe no es algo del pasado, sino una fuerza viva que transforma.
El grupo juvenil de Cristo Rey seguirá adelante con sus proyectos este verano, llevando esa semilla de unidad y servicio que el Papa Francisco les ayudó a descubrir. “Él nos dijo que no tengamos miedo, que salgamos, que nos pongamos en camino. Y eso vamos a hacer”, concluyen.
En Córdoba, como en tantos rincones del mundo, el corazón de muchos jóvenes late hoy con un poco más de tristeza, pero también con la convicción de que el Papa Francisco deja un legado luminoso. Un legado que continúa caminando en ellos.



