Esta es la clave para afrontar la Selectividad sin agobios: "Cuidar este detalle"
Los psicólogos coinciden que es muy importante no estar centrado solo en el estudio, hay otros factores que influyen mucho a la hora de enfrentarnos a este tipo de situaciones

Rocío Parrado, presidenta en Córdoba del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental
Córdoba - Publicado el
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Son días intensos, de rutinas interrumpidas, noches más cortas de lo habitual y estómagos revueltos. Desde hoy y hasta el jueves, un total de 4.619 estudiantes cordobeses —de los que el 57,65% son mujeres (2.663)— se enfrentan a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), un examen decisivo que este año se presenta con novedades importantes, como la unificación del modelo de examen en toda España. Pero más allá de los cambios académicos, lo que no varía es el componente emocional: la presión, el miedo a fallar y la necesidad de rendir en un momento muy concreto siguen marcando estos días.
Para ayudar a gestionar esa carga, hemos hablado con la psicóloga Rocío Parrado, presidenta de la Delegación en Córdoba del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, quien subraya la importancia de cuidar no solo el estudio, sino también el bienestar mental y físico: “Llegar a estos exámenes es el resultado de mucho esfuerzo acumulado. Por eso, ahora más que nunca, es fundamental que los estudiantes se cuiden y que quienes los rodean les ofrezcan apoyo, calma y confianza”.
La respiración, clave para recuperar el control
Una de las herramientas más útiles para calmar los nervios y evitar que se apoderen de nosotros es la respiración. No se trata de una solución mágica, pero sí de un recurso accesible y eficaz si se practica con intención: “La respiración consciente, profunda, es una forma muy eficaz de decirle a nuestro cuerpo que todo está bien. Lo ideal es practicarla el día antes, pero también minutos antes del examen, en la entrada al aula o incluso ya sentados en el pupitre. Tres o cuatro respiraciones profundas pueden marcar la diferencia entre un bloqueo y un comienzo sereno”, explica Parrado.
Prepararse también significa organizar
En estas situaciones, cada pequeño detalle cuenta. Y cuanto menos margen dejemos a la improvisación, más seguros nos sentiremos. “Tener todo preparado el día de antes ayuda a rebajar la ansiedad. Desde los bolígrafos y el DNI hasta la ropa que vamos a ponernos. Son cosas que parecen menores, pero que dan estructura y confianza”, recuerda la psicóloga.
Además, es esencial no descuidar el descanso ni la alimentación. Dormir al menos siete horas, comer de forma equilibrada, evitar excesos de cafeína o azúcares y mantener el cuerpo hidratado son pequeñas rutinas que tienen un gran impacto en el rendimiento. “La mente necesita energía, y la ansiedad se alimenta de malos hábitos. Por eso hay que cuidar todo el conjunto: cuerpo, mente y entorno”.
La importancia del entorno familiar
Y ese entorno empieza, principalmente, en casa. En un momento de máxima tensión, la familia puede ser una gran aliada… o una fuente añadida de presión. “Es muy importante que los padres no proyecten sus propios miedos o expectativas. Hay que confiar en los hijos, recordarles todo lo que han logrado ya y que, pase lo que pase, no están solos. No es momento de exigir más, sino de acompañar”, destaca Rocío Parrado.
También es importante aceptar que no todo depende del resultado. Hay factores externos —el cansancio, un mal día, los nervios— que pueden influir. Por eso, incluso si las cosas no salen como se esperaba, hay que mantener la perspectiva: “No siempre se llega al objetivo por el camino más directo. A veces se tarda más, a veces hay que intentarlo de nuevo. Pero eso no significa fracaso. Lo importante es tener claro el objetivo y seguir avanzando hacia él”.
Acompañar sin presionar
A los padres y madres les corresponde ahora un papel clave: crear un ambiente tranquilo en el hogar, mostrar confianza y, sobre todo, no trasladar más responsabilidad de la que ya llevan sus hijos. “Ellos saben lo que se juegan. No necesitan que les recordemos la importancia del momento, sino que les recordemos lo capaces que son”, insiste la psicóloga.