Casi 2.000 escolares vuelven a clase en julio en Córdoba
Así es el refuerzo de verano que busca frenar el fracaso escolar

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Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El mes de julio no es sinónimo de vacaciones para todos los escolares cordobeses. En total, 1.922 estudiantes de Primaria y de primero y segundo de la ESO en la provincia de Córdoba han comenzado esta semana el Programa de Refuerzo Estival, una iniciativa que busca mejorar el rendimiento académico de quienes han tenido más dificultades durante el curso. Se trata de la cifra más alta registrada desde que este programa se puso en marcha en 2019 en toda Andalucía.
Este año participan 96 alumnos más que el pasado, y se ha contado con la implicación de 237 docentes repartidos en 45 centros educativos: 38 en municipios de la provincia y siete en la capital. Aunque se trata de un recurso público, gratuito y voluntario, cada año gana más aceptación tanto entre las familias como entre los propios estudiantes, conscientes de que una ayuda extra puede marcar la diferencia.
Más que deberes: un enfoque práctico y activo
El programa no es una prolongación del curso escolar con exámenes y libros de texto. Está diseñado para que los contenidos se trabajen de forma más dinámica y aplicada. Lengua, Matemáticas e Inglés son las materias principales, pero también se da espacio al ejercicio físico, los hábitos de vida saludables y, sobre todo, al aprendizaje mediante juegos, dinámicas de grupo y metodologías activas.
El objetivo, en palabras de los organizadores, es doble: por un lado, mejorar las competencias básicas de los alumnos y, por otro, ofrecer una alternativa de conciliación a muchas familias que no tienen opciones para el cuidado de sus hijos durante el mes de julio.
El horario establecido es de 9.00 a 14.00 horas y los estudiantes se organizan en grupos reducidos, de entre cinco y quince personas, distribuidos por quincenas. Aunque la prioridad se da a quienes solicitan el mes completo, la estructura permite una cierta flexibilidad para adaptarse a las necesidades familiares.
Material adaptado y docentes voluntarios
Uno de los puntos fuertes del programa es el material específico con el que trabajan los docentes. Cada centro cuenta con una guía didáctica con propuestas de actividades, metodologías inclusivas y dinámicas pensadas para fomentar el trabajo en equipo, la confianza del alumnado y la integración. Todo ello con una visión práctica del aprendizaje, que conecta los contenidos curriculares con situaciones reales y cotidianas.
Además, son los propios profesores quienes, de forma voluntaria, se implican en el desarrollo del programa. La mayoría coincide en que no se trata solo de “repetir contenidos”, sino de ayudar a los estudiantes a adquirir herramientas que no siempre se enseñan en el aula: cómo organizarse, cómo estudiar, cómo comprender mejor los textos o resolver problemas con lógica.
Una herramienta contra el abandono escolar
El Programa de Refuerzo Estival nace con un propósito de fondo: prevenir el fracaso y el abandono escolar temprano, una de las grandes preocupaciones del sistema educativo andaluz. El hecho de que la séptima edición bata récord de participación en Córdoba refleja que tanto la comunidad educativa como las familias ven en este recurso una ayuda efectiva.
Desde su implantación, más de 6.000 estudiantes cordobeses han pasado por estas clases de verano. Y aunque es pronto para valorar su impacto a largo plazo, los docentes aseguran que los avances de muchos alumnos son notables. La clave está, según explican, en crear un entorno diferente, sin la presión de las notas y con más espacio para reforzar autoestima y confianza.
En tiempos donde las diferencias académicas pueden agrandarse con facilidad, sobre todo en contextos vulnerables, este tipo de iniciativas permiten que ningún niño o niña se quede atrás. Y eso, en pleno verano, ya es mucho decir.