Cuando en 2008 se instauró que cada 15 de octubre se celebrara el Dia Mundial del Lavado de Manos no se conocía que doce años después el gesto cobraría más importancia que nunca. Incorporado hoy en día al protocolo básico de prevención del COVID-19, pandemia que viene a rescatar el mensaje sobre la importancia de la limpieza de extremidades tan en contacto siempre con el mundo que nos rodea.

Desde Unicef se afirma que "un gesto tan simple como lavarse las manos con agua y jabón puede ser clave para la supervivencia de millones de personas, sobre todo de los más pequeños". Esta organización asegura que "los niños y niñas son especialmente vulnerables a los efectos de la diarrea y de las infecciones respiratorias, enfermedades que se pueden prevenir fácilmente y de forma barata con un poco de agua y jabón".

Este día quiere ser un recordatorio sobre la importancia de esta práctica, aquella a la que los niños y niñas de los años sesenta o setenta tanto éramos instados y que, quizá por relajación posterior, requirió la creación de este llamamiento anual a no cesar en el empeño. El caso es que, si el mensaje de Unicef mira especialmente a las zonas no desarrolladas del mundo, la pandemia ha impuesto para todo el planeta.

Agua y jabón se apuntaba antes de que el actual virus campara por todos los rincones y agua y jabón, se insiste, es lo más útil mal que nos pese que la comodidad de los hidrogeles, que pueden ser portados en un bolso o cualquier otro continente que nos acompañe en nuestra movilidad, se mantengan como gran recurso. Abusar de ellos, lo dicen los expertos, no es bueno.

El Día Mundial del Lavado de Manos fue celebrado el primer año (2008) en un total de setenta países. Ya entonces Unicef insistía en que "no cualquier enjuague rápido: es importante lavarse las manos correctamente con agua y jabón en momentos clave del día". Éstos son antes de cocinar o preparar alimentos, antes de comer y después de ir al baño o de limpiar un bebé.

O lo eran entonces. A ellos hay que añadir en estos momentos cualquier momento tras haber estado en la calle y regresar a casa, tras haber tocado algo susceptible de estar en manos de cualquier persona, después de sonarse la nariz toser o estornudar, antes y después de cuidar a alguien que tenga vómitos o diarrea, antes y después de tratar una cortadura o una herida, después de tocar a un animal, alimento para animales o excrementos de éstos, después de manipular alimentos o golosinas para mascotas o de tocaer la basura.

Durante la pandemia del COVID-19 es preciso poner el foco cuando nuestras manos tocan manijas de puertas, mesas, surtidores de gasolina, carrito de compras, pantallas o cajas registradoras o antes de tocarse los ojos, la nariz o la boca porque así es como entran los microbios al cuerpo.

Cinco pasos se nos sugiere para la más correcta higiene de manos: mojar las manos con agua corriente limpia (tibia o fría); cerrar el grifo y enjabonar las manos; frotarlas las manos con el jabón hasta que haga espuma por el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas; restregarse las manos durante al menos 20 segundos (tararear dos veces 'Cumpleaños feliz' de principio a fin da la medida propuesta); enjuagarse las manos con agua corriente limpia, y secarlas con una toalla limpia o al aire.