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La crisis obliga a Cáritas Diocesana a elevar a 3 millones su inversión en 2020

La memoria anual presentada este miércoles en el Obispado desvela que las nuevas pobrezas han llevado hasta la cifra de 24.447 las personas atendidas durante el año de pandemia

Se trata del 23% más que en 2019, mujeres en un 72%, y han requerido atención a necesidades básicas en un 84,4%, pago de suministros en un 33,6% y formación y empleo en un 27,5%

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Presentación de la Memoria de Cáritas 2020: el director Juan González, el administrador apostólico Federico Mantaras, la coordinadora Mila Díaz y el secretario general Manuel Pareja

Tiempo de lectura: 4'Actualizado 15:02

Que las cosas se han ido poniendo peor por lo que a la atención de personas desfavorecidas se refiere no era nuevo. Pero este miércoles en el que Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez ha presentado su memoria anual corresponiente a 2020 hay cifras que permiten ya evaluar en qué porcentajes ha sido preciso incrementar los recursos puestos a disposición de la causa: ha sido preciso subir a los 3 millones de euros la cantidad al servicio de sus labores asistenciales y programas específicos porque las cifras de personas atendidas ha llegado a las 24.447.

La emergencia social y sanitaria producida por la Covid-19 marca el balance presentado en un ejercicio de transparencia que ha contado con las intervenciones de Federico Mantaras, administrador diocesano, y Juan Pérez, director de Cáritas Diocesana, así como Manuel Pareja y Mila Díaz, secretario general y coordinadora general de esta organización eclesial respectivamente. Y el "año especial y doloroso en el que Cáritas ha multiplicado en la Diócesis sus esfuerzos para poder seguir cerca de las personas más vulnerables y soportar el incremento de peticiones de ayuda" ha presidido el contenido de la rueda de prensa.

3 DE CADA 10 HOGARES SIN INGRESO ALGUNO

Las familias que nunca habían acudido a la entidad son el santo y seña de las novedades que las cifras desvelan. "De hecho, tal y como indica el Observatorio de la Realidad Social realizado por Cáritas a nivel nacional, y centrado en la crisis de la Covid-19, el impacto de la pandemia en los ingresos de los hogares ha sido de tal envergadura, que ha provocado que tres de cada diez hogares, no dispongan ahora mismo de ningún ingreso. Además, la paralización de una parte importante de la economía por la pandemia ha Provocado una rápida subida del desempleo, así como un incremento de la precariedad e inestabilidad laboral.

De este modo, el incremento del desempleo para las familias más vulnerables (acompañadas por Cáritas) ha sido ocho veces superior al incremento medio. A ello se une que existen nuevos elementos de precariedad que la pandemia ha incorporado entre los que destacan la exposición al contagio y la fragilidad ante eventuales cuarentenas, que dificultaría considerablemente el trabajo y los ingresos para el 71% de las personas vulnerables que están trabajando.

INCREMENTADA LA POBREZA ENERGÉTICA

En 2020 también se pone de relieve la delicada situación de la vivienda, ya que se ha incrementado el número de personas que viven en hogares que no pueden hacer frente a los gastos de suministros de su vivienda, es decir, no pueden calentarse adecuadamente o no pueden encender la luz siempre que lo necesitan. Para casi el 45% de los hogares atendidos por Cáritas afrontar los gastos derivados de la vivienda supone una grave dificultad, tal y como indica el informe mencionado anteriormente. Otro de los fenómenos destacados de esta pandemia es el aumento de la brecha digital, ya que el confinamiento y la adaptación a las restricciones actuales ha acelerado la imparable digitalización de la sociedad y ha incrementado la desigualdad.

De hecho, muchas personas acompañadas por Cáritas han encontrado barreras para realizar gestiones telemáticas como la petición del Ingreso Mínimo Vital, ya que, en numerosas ocasiones, no tienen ni los conocimientos ni los medios como para realizar estas gestiones y se ven desbordadas. Otra de las consecuencias del estado de alarma y de las distintas intensidades de confinamiento han sido las dificultades y las necesidades relacionadas con la conciliación, que han vivido las familias con menores de edad, monoparentales o con personas mayores con una situación de dependencia o discapacidad. Unido al incremento de las situaciones de soledad por el aislamiento, que ha afectado especialmente a las personas mayores.

LA RESPUESTA DIOCESANA ANTE LA PANDEMIA

Durante el pasado año, Cáritas Diocesana incrementó sus esfuerzos para atender a 24.447 personas, un 23% más respecto al año anterior. Del total de personas beneficiarias, 10.757 pertenecen al término municipal de Jerez. En cuanto al perfil mayoritario de las personas acompañadas, se observa que son mujeres (72%), de nacionalidad española (85%), de entre 45 a 64 años (46%) y que forman parte de un hogar formado por una pareja con hijos (41%). En relación a las principales demandas recibidas, y por tanto las respuestas ofrecidas por la entidad, cabe destacar que el primer lugar lo ocupan las necesidades básicas (84,4%), seguidas por los gastos asociados a la vivienda y el pago de suministros (33,6%) y el empleo y la formación (27,5%).

Ante la situación de emergencia sanitaria, Cáritas Diocesana multiplicó durante el pasado año las acciones de acompañamiento y se reinventó para poder seguir cerca de las personas más vulnerables. De este modo, durante los meses de confinamiento domiciliario, la entidad recibió más de 7.350 llamadas de emergencia a través de los números de teléfono habilitados y puso en marcha un servicio de acompañamiento telefónico para paliar la soledad de personas que no contaban con redes de apoyo. También se activó una iniciativa de apoyo socioeducativo para menores de familias vulnerables que ponía el foco en la desigualdad educativa que viven los niños, niñas y adolescentes en situación de exclusión social.

El volumen de datos aportado por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez es abrumador. Tanto como el sobreesfuerzo de técnicos y voluntarios permanentes o aquellos que no lo eran habitualmente pero que han entendido que la situación merecía arrimar el hombro a esta entidad eclesial. Por todo ello, los comparecientes en este presentaciín de la memoria 2020 han hecho gala de gratitud por cuanto afortunadamente se ha podido hacer. Preparados están para continuar en esta briega que promete mantener el nivel de exigencia detectado el pasado año y también en el primer semestre de 2021. Pero esto último ya formará parte de la siguiente memoria.

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