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El pádel profesional se blinda contra el dopaje
Premier Padel contará con un sistema independiente de control antidopaje, pasaporte biológico y un programa educativo de cuatro años.

Pista central del Major de Catar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El pádel quiere dar un salto decisivo hacia su consolidación como deporte olímpico en un futuro. La Federación Internacional de Pádel ha cerrado un acuerdo con la Agencia Internacional de Control (ITA) para establecer un programa antidopaje independiente, riguroso y alineado con los estándares internacionales.
Este pacto, que afectará directamente a los jugadores de Premier Padel y el CUPRA FIP Tour, representa un giro de 180 grados en la forma en que el pádel aborda la integridad deportiva. La implementación del Pasaporte Biológico del Atleta, los controles fuera de competición y un plan educativo a largo plazo son solo algunas de las herramientas que se pondrán en marcha.
La ITA será ahora la entidad responsable de gestionar de forma íntegra el programa antidopaje de la FIP. Esto significa que toda la estrategia de control —desde la toma de muestras hasta la tramitación de resultados— estará a cargo de un organismo independiente y especializado.
Los controles antidopaje no solo se realizarán durante las competiciones, sino también en cualquier momento del año, sin previo aviso. Los criterios para seleccionar a los jugadores a analizar estarán basados en evaluaciones de riesgo, inteligencia deportiva y parámetros específicos del pádel.
Los controles pueden empezarse a realizar de manera inminente a todos los jugadores y jugadoras que disputen los circuitos profesionales adscritos a la Federación Internacional. Pueden realizarse durante la competición o incluso en periodos de descanso de los deportistas.
Entre las herramientas más destacadas del nuevo sistema está el Pasaporte Biológico, una técnica moderna que permite seguir la evolución de ciertos marcadores fisiológicos a lo largo del tiempo. Esta monitorización facilita la detección de anomalías relacionadas con el dopaje, incluso cuando las pruebas directas no son concluyentes.
Su aplicación en el pádel sitúa al deporte a la altura de disciplinas con sistemas antidopaje consolidados como el ciclismo o el atletismo.