UN PLACER PARA LOS SENTIDOS
- El restaurante Atunante del Hotel Royal Hideaway Sancti Petri, cumple cinco años
La vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto se activan durante una cena en el restaurante “Atunante” del Royal Hideaway Sancti Petri, de la cadena hotelera Barceló, situado en el Novo Sancti Petri de Chiclana (Cádiz). Por la belleza del entorno, el agradable sonido perfectamente modulado acorde con el ambiente, el tacto de un delicado menaje, ese inconfundible olor mezclado entre la brisa marinera del mar a escasos metros y la impresionante vegetación del espacio y, sobre todos, el gusto de una cocina sorprendentemente refinada y elegante al tiempo que sencilla y tremendamente deliciosa.
Una cena en el “Atunante”, como la que disfruté ayer (9 de julio) con mi hijo Vicente, es una experiencia que recomiendo a los amantes de la buena mesa –y a los que no– de la que a buen seguro guardarán un grato recuerdo.
Porque este restaurante posee todos los resortes necesarios para convertir una comida en un auténtico espectáculo. Pues empezando por un inconmensurable equipo humano, cordial, simpático, agradable, ameno y siempre atento al más mínimo detalle con una demostrada formación, capitaneado por Manuel, su jefe de sala, y terminando por unos excelsos platos emanados de unos fogones atendidos por grandes profesionales del Arte Culinario, convierten ese tiempo del yantar en momentos placenteros.
En este establecimiento temático dedicado al atún puesto en marcha por este prestigioso hotel de cinco estrellas, que dirige Ignacio Martín, hace ahora, precisamente, cinco años, se puede disfrutar de diferentes formas y maneras —a cuál de ellas más sorprendente y deliciosa— del túnido, se puede comer tanto en el comedor que está decorado con motivos atuneros que causan una agradable sensación o bien en la terraza adyacente, como fue nuestro caso, muy cerca de la piscina flanqueada por exóticos jardines con impresionantes palmeras, y a unos pasos del mar.
Pero a los amantes a las carnes también se tienen muy en cuenta en esta casa, ya qu el solomillo de ternera gallega, la ternera de retinta de la zona o el cordero lechal tampoco falta en “Atunante”
La extraordinaria relación calidad-precio nos demostró que no es nada elitista, ya que comer en “Atunante” es bastante asequible, a donde por cierto se puede acudir sin necesidad de estar alojado en el hotel.
Barriga, tarantelo, mormo, lomo, morrillo… entre otras tantas delicias que nos proporcionan los tunidos, preparados de diferentes formas, pero de manera sencilla y natural sin estrambóticas salsas, hicieron que disfrutáramos de lo lindo deleitándonos con esas obras de arte en forma de plato, especialmente ese “Saquito brick relleno con farsa de atún especiado en el copo”, obra del prestigioso cocinero Julián Luna. Todo ello con una gran oferta de vinos ya que posee una magnifica bodega.
Y en cuanto la cocina de lo dulce, su repostería es también verdaderamente excelsa donde, por extraño que parezca, el atún también está presente, como es el caso de ese postre denominado “Atún y chocolate”.
Pepe Oneto