No sé por qué ‘Noé’ fue censurada en Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Kuwait si no contradice al Islam
¡Mis queridos palomiteros! ‘Noé’, película censurada por los países árabes, no contradice al Islam. Nada resulta tan enjundioso para cualquier película como que venga precedida por una abultada polémica, máxime si el filme cuenta con grandes actrices como la oscarizada Jennifer Connelly (Una mente maravillosa, Ron Howard, 2001) o la joven Emma Watson (Harry Potter). Cuanto más se hable de él, mejor que mejor. Es la mejor de las promociones… y la más económica para su distribuidora, Paramount Pictures.
Tales hechos se produjeron hace siete años, tras enterarnos de que Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Kuwait vetaban la exhibición comercial de Noé porque sienten que la historia contradice el Islam. Por cierto, la película se emite hoy a las 22 horas en el canal SYFY de Movistar.
‘Noé’, película censurada por los países árabes, no contradice al Islam
Críticas sobre el asunto que también podrían hacerse con las analogías sobre los filmes que han desarrollado otra visión sobre la historia de Noé. Nos referimos, por ejemplo, a la floja comedia Sigo como Dios (Tom Shadyac, 2007) o al paupérrimo filme de animación, El arca de Noé (Juan Pablo Buscarini, 2007).
En un mundo destruido por la perversión de los hombres, un humilde carpintero llamado Noé (interpretado por el oscarizado Russell Crowe, Gladiator, Ridley Scott, 2000) recibe una importante misión que será trascendental para la evolución y el desarrollo de la raza humana.
Dios, cansado del corrupto y depravado comportamiento de los seres humanos a los que él mismo dio vida, advierte a Noé de un necesario e inminente diluvio universal que depure y libere a la tierra de la acción humana.
El respetuoso carpintero de buen corazón se convierte en el elegido para asegurar el éxito de este plan divino: es responsable de proteger a aquellas especies que no son partícipes de la devastación de la naturaleza y la decadencia del planeta.
La película es fiel a la esencia, valores e integridad de la fe de millones de personas en todo el mundo
Noé tendrá que construir un arca gigante para salvar a su familia, donde deberá reunir a una pareja de cada especie animal para preservar su conservación y crecimiento tras el apocalíptico diluvio que acabará con la humanidad y su fatídica conducta. El arca evitará que los seres que estén dentro mueran ahogados y los mantendrá con vida para una posterior reconstrucción del universo.
El realizador estadounidense, Darren Aronofsky (Cisne Negro, 2010), lleva esta historia -inspirada en el Génesis de la Biblia- a la gran pantalla con la ayuda del galardonado guionista John Logan (El aviador, Martin Scorsese, 2004).
Una aventura, según el director, oportuna y contemporánea a nuestro tiempo que habla de un apocalipsis medioambiental, un tema bastante recurrente en la actualidad como discutido, que en este drama se acentúa considerablemente.
Lo mollar de esta superproducción es que, efectivamente, se inspira en la historia de Noé. Si bien se han tomado licencias artísticas -como ocurre siempre con cualquier revisión sobre un hecho real- creemos que la película es fiel a la esencia, valores e integridad de una historia que es la piedra angular de la fe de millones de personas en todo el mundo.
Ha de dejarse claro que Noé, independientemente de que guste o no, no es ofensiva
Además, el tráiler ya preludia que el filme es riguroso con la historia en algunos aspectos, como el hecho de que el abuelo de Noé, Matusalén (interpretado por el oscarizado Anthony Hopkins, El silencio de los corderos, 1991) estaba vivo en el momento, que Enoc (el padre de Matusalén) predijo el juicio venidero, y que el agua provenía de debajo de la tierra y por encima de los cielos.
Lo que ha de dejarse claro es que la película, independientemente de que guste o no, no es ofensiva, sigue más o menos la historia bíblica, está actualizada a los tiempos actuales y permite una apabullante ebullición de efectos especiales que le otorgan un gran realismo y poderío visual y sonoro.
A todo ello se añade la calidad interpretativa de todo el reparto -a pesar del barniz grisáceo y el carácter oscuro de hombre poco justo que encarna Russell Crowe- y su ritmo ágil y vibrante, tanto de sus diálogos como de sus escenas de acción.
En cualquier caso, Noé es de esas películas que no te van a dejar indiferente, de esas que, o te apasionan, o se detestan.