Permítame filosofar desde las cumbres pirenaicas. El ultracapitalismo exacerbado, la trasnochada imagen de la empresa explotadora, cotiza muy a la baja. Hoy suma el capitalismo consciente con la empresa como protagonista

¿Cómo resumiríamos la idea de capitalismo consciente?

La economía tiende a humanizarse y el capitalismo bien entendido permite cooperar socialmente y prosperar. Antaño, quizás imperaba por algunos lares el lucro puro y duro. ¡La rentabilidad a ultranza primaba! Hogaño, los excedentes empresariales revierten tanto en el inversor como en el trabajador, en la clientela y en los proveedores, en el estado, en ayudas sociales, en valores...

Se humanizan las finanzas empresariales

Exactamente. Detrás de una inversión no solo está la ganancia sin más, sino el rendimiento en todo su contexto. El “yo” deja paso al “nosotros”. La ética empresarial reemplaza a los negocios sin escrúpulos. Nuestra cultura empresarial evoluciona: responsabilidad y confianza, fair play financiero y transparencia, integridad e igualdad, se piensa en los demás

Predomina el valor a largo plazo, no el pelotazo inmediato. La buena marcha empresarial suma en favor de nuestra sociedad, de los consumidores, creando y manteniendo empleo, en la reputación de la entidad