Hervé Sauquet & Jürg Schönenberger (Universidad de París-Sur) llevaron a cabo hace un par de años una investigación en la que descubrieron cómo era la antigua flor: una planta con órganos florales masculinos (estambres) y femeninos (carpelos), así como con múltiples espirales de pétalos organizados en grupos de tres. Llegaron así a la conclusión de que las flores actuales derivan de un único ancestro común que vivió hace 140 millones de años.

Hay un auténtico mundo alrededor de algo que existe desde hace tanto tiempo. Las flores tienen un significado social que va más allá de un simple gesto. Según el portal ‘Nueva Mujer’, la costumbre de regalar flores viene de la Edad Media. Al revisar la literatura de esa época, como la obra de Gonzalo de Berceo, se aprecia la existencia de las flores como algo con significado.

Sin embargo, el lenguaje de las flores se creó en la época victoriana; fue ahí donde se codificó el significado de cada flor, la intención que puede existir detrás de ella y los códigos sociales que se les atribuyen. 

Regalar flores es una forma más de comunicación y por eso hemos hablado con dos expertos: Enrique Daguerre (Flores Daguerre) y Tina Rubio (Margarita Se Llama Mi Amor).

En verano Daguerre ha dicho que “el girasol es muy socorrido, así como los lirios y las astromelias”, a lo que Rubio ha añadido que también “los crisantemos, las celosias, el astilbe, las hortensias y las peonías”.

Ambos han coincidido en que para hacer un buen ramo “es necesario que las flores vayan en armonía. Principalmente, la gama de color es lo más relevante. La forma, dentro de una técnica, es lo primero si hablas con un profesional, pero a veces podemos hacer un ramo bonito sin tener técnica, quizás no de una manera profesional, pero sí en tu casa”. 

Además, la mejor manera de que las flores aguanten y se conserven el máximo tiempo posible es de forma natural según Rubio: “Hay muchas empresas que venden conservantes... A mí personalmente lo que me gusta es cortarla todos los días y cambiarle el agua. Es mejor que echar una gotita de lejía o el sobrecito de nutrientes o la aspirina…”. Por su parte, Daguerre ha recomendado “cortar los tallos en oblicuo para que tengan más superficie de absorción de agua y luego añadir un nutriente o conservante de plantas”.

En verano, lo óptimo es “regarlas por la mañana temprano y por la noche, es mejor dos veces al día. A veces nos pensamos que les falta agua porque están tristonas y acabamos ahogándolas”, según Daguerre. Rubio lo ha comparado con el cuerpo humano: “Es como si corres un kilómetro un día, vas a necesitar más agua y vas a tener más hambre; pero si estás sentado no. Con las flores pasa lo mismo".

¿Y qué hacemos con las plantas si nos vamos de vacaciones? Rubio ha recomendado comprar “un producto que es como una gelatina y que es lo que más se está vendiendo. Simplemente regar primero la planta, quitarle la tapa al producto, darle la vuelta y dejarla que vaya cayendo”. 

Pero este producto no es eterno, dura una semana o quince días. Así que, si estás pensando en irte un mes entero de vacaciones, asegúrate de que alguien vaya a regar tus plantas.