Este es el producto de consumo diario en España, pero que en Alemania tienen que proteger en supermercados por robos: no es el aceite de oliva

Si bien es cierto que no se trata de una situación nueva, en los últimos años ha crecido de manera significativa. Según expertos, "no es extraño que se vacíen las estanterías completas" de este producto tan típico en España

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Patricia Blázquez Serna

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El café es, para millones de personas, mucho más que una bebida: es un ritual diario y un producto básico en la cesta de la compra. Sin embargo, en Alemania, este hábito cotidiano se ha convertido en un inesperado foco de preocupación para los supermercados. Cada vez más establecimientos han comenzado a guardar bajo llave los paquetes de café, especialmente los de un kilo en grano, ante el incremento de los robos en los últimos meses.

Frank Horst, experto en comercio del EHI Retail Institute de Colonia, explica que no se trata de incidentes aislados. "No es extraño que en ocasiones se vacíen estanterías completas de café", señala. El fenómeno se extiende tanto a zonas urbanas como rurales y no solo afecta a consumidores oportunistas, sino también a grupos organizados que ven en este producto una oportunidad de reventa rápida y rentable. 

Un producto cada vez más caro

El trasfondo está claro: el precio del café no ha dejado de crecer. Según la Oficina Federal de Estadística (Destatis), en junio de este año los paquetes costaban de media un 45 % más que en 2020. En algunos supermercados, un kilo de marcas muy consumidas como Dallmayr, Melitta o Jacobs alcanza ya los 20 euros. Esa revalorización lo convierte en un bien atractivo para quienes buscan robar con facilidad productos que luego puedan colocar en mercados paralelos.

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Esta tendencia no sorprende a los expertos. El café tiene una alta demanda constante, es fácil de transportar y posee un valor unitario elevado, lo que lo convierte en un "objetivo perfecto" para los ladrones. Medidas de seguridad crecientes

Para hacer frente a la situación, los supermercados están aplicando medidas de protección diversas. Algunas tiendas han optado por colocar los paquetes en vitrinas cerradas, mientras que otras los guardan en cajas protectoras individuales que solo el personal puede retirar. En ciertos casos, directamente se entregan al cliente únicamente bajo petición en caja.

La cadena Kaufland ha reconocido la implantación de estas soluciones, combinándolas con vigilancia física. Sin embargo, insiste en que, pese al aumento de los robos, estos representan menos del 0,1 % de las interacciones con sus clientes. Por su parte, Rewe considera que los incidentes siguen siendo "aislados" y que no resulta práctico mantener bajo llave todo el café, un producto que ocupa varios metros de estantería en muchos de sus supermercados. 

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Un problema en expansión 

La cadena Kaufland ha reconocido la implantación de estas soluciones, combinándolas con vigilancia física. Sin embargo, insiste en que, pese al aumento de los robos, estos representan menos del 0,1 % de las interacciones con sus clientes. 

Más allá del café, el Instituto EHI alerta de que los robos en tiendas en Alemania están creciendo de forma generalizada. Solo en 2024, las pérdidas por hurtos en el comercio minorista ascendieron a 2.950 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,6% respecto al año anterior. La escasez de personal en los establecimientos, unida a la presión inflacionista sobre productos básicos, está generando un caldo de cultivo propicio para estas conductas.

El caso del café se ha convertido en un símbolo llamativo: un producto cotidiano, presente en casi todos los hogares, tratado ahora como un artículo de lujo. Mientras los consumidores se enfrentan a precios cada vez más elevados, los supermercados redoblan sus esfuerzos para evitar que lo que antes era un simple gesto —coger un paquete de la estantería— se convierta en un problema de seguridad.