El viento y la falta de raza deslucen la primera novillada de las Fallas

Paco Aguado

El fuerte viento, que agitó peligrosamente los engaños, y la falta de raza de los utreros de la divisa de Fuente Ymbro motivaron este lunes el deslucido resultado de la primera novillada de la feria de Fallas de Valencia, en la que Álvaro Alarcón acabó cortando el único trofeo.

Aunque el público solicitara también, con la negativa presidencial, sendas orejas para Niño de las Monjas y Lalo de María, no hubo en realidad demasiados momentos para la euforia, más allá de la buena voluntad de los noveles, que, al menos, plantaron cara a las dificultades de la tarde.

Así sucedió con el toledano Álvaro Alarcón, quien insistió con oficio, aunque sin grandes resultados, frente a su primero, que además se lastimó una pezuña cuando ya el viento empezaba a soplar con más potencia.

Ese mismo oficio, que hace que tenga ya anunciada la alternativa en la próxima feria de San Isidro, hizo que Alarcón se llevara del quinto ese único trofeo de la tarde, básicamente porque supo mover, sin exigirle demasiado y a veces desde la comodidad de la pala del pitón, a un quinto rajadito que agradeció esas facilidades.

Antes se había pedido para Niño de las Monjas la oreja del que abrió plaza, que fue la auténtica excepción del encierro gaditano, al embestir con gran clase y entrega, por los dos pitones y de principio a fin, durante la larga, tesonera pero vulgar y poco rematada faena del valenciano, que pudo tener la disculpa de las molestias del viento.

Ya con el cuarto, que se vino abajo a las primeras de cambio, Niño de las Monjas porfió en la corta distancia, atacando de verdad con la muleta ondeando al viento, en un auténtico arrimón, que no tuvo buen final con los aceros.

El breve pero mejor momento de la novillada llevó la firma de Lalo de María, el espigado y trigueño aspirante francés que, tras un decidido inicio de rodillas, cuajó en su trasteo al tercero sendas tandas con la derecha de temple y buen aire, además de un bello final por ayudados y adornos con gusto.

Pero como le sucedió a su compañero, un pinchazo previo a la estocada hizo que el presidente negara también el trofeo a Lalo de María, que ya con el sexto, rajado y en huida constante, no pudo más que perseguirlo con escaso criterio lidiador.

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FICHA DEL FESTEJO:

Seis novillos de Fuente Ymbro, de dispares hechuras, cabezas y cuajo, y en general de juego desrazado, desde los más rajados y huidos hasta los de escaso fondo. Solo destacó por su nobleza y calidad el primero de la tarde.

El Niño de las Monjas, de verde esmeralda y oro: bajonazo (vuelta al ruedo tras petición de oreja); dos pinchazos y estocada trasera desprendida (silencio tras aviso).

Álvaro Alarcón, de blanco y plata: pinchazo, y media estocada trasera y tendida (ovación tras aviso); pinchazo y estocada delantera (oreja).

Lalo de María, de tabaco y oro: pinchazo hondo y estocada delantera (vuelta al ruedo tras petición de oreja); pinchazo y estocada baja (silencio tras aviso).

Segundo festejo mayor de la feria de Fallas, con casi un cuarto del aforo cubierto (unos 2.200 espectadores), en tarde ventosa.