Carlos Zúñiga comenzó relatando que, ante la no renovación en Burgos, “ya me sorprenden pocas cosas. Pero me da pena por la forma de actuar del ayuntamiento de Burgos”. El empresario explicó en El Albero que “hace tres años, cuando el último concurso, no se presentó nadie, solo nosotros. La empresa Serolo había dejado la plaza bajo mínimos de abonados y a base de trabajo habíamos conseguido otra vez meter a la gente en la plaza. Hemos dejado abonada la mitad del aforo de la plaza. Pero parece ser que, en contra de varios informes, el ayuntamiento ha decidido unilateralmente rescindir la opción a prórroga”.

“No sé si es el dinero o el afán de protagonismo caciquil de la propiedad de algunas plazas. La inversión nuestra en estos últimos tres años ha sido muy fuerte y hemos cumplido con nuestra oferta. Yo no fui a Burgos a hacer amigos, fui a trabajar y así lo he hecho”.

Una de las novedades del nuevo pliego es la supresión del canon de arrendamiento de 20.000 euros que había regido en el anterior contrato de explotación del Coliseum. Para Zúñiga, “esos 20.000 euros son el chocolate del loro. La ruina o beneficio de Burgos no son esos 20.000 euros. El nuevo pliego es una trampa enorme. No puede decir que respeta el precio de las localidades y luego quieren puntuar el que se descienda ese precio cuando Burgos es la plaza más barata de España. Quieren vender humo”.

Sobre si se presentará o no al nuevo concurso de adjudicación de la plaza de toros de Burgos, el joven empresario confirmó a COPE que “lo he visto por encima y quiero revisarlo al completo. Pero por lo que vengo intuyendo y escuchando, la plaza puede estar adjudicada de antemano. Si fuera al concurso es para hacerlo con armas. De momento no lo tengo ni decidido ni descartado”.

Otra historia es su gestión en el coso de El Bibio de Gijón y la buena salud por la que atraviesa su Feria de Begoña. “Mi casa estará agradecida siempre a Gijón. Allí hemos remado con todos los partidos políticos de cualquier signo y ahí están los resultados. Las fiestas de Gijón no serían lo mismo sin la feria taurina”, concluyó Carlos Zúñiga.