Falló el público en el primer festejo de la Feria de la Comunidad de Madrid. Un ambiente algo desangelado se vivió en una novillada en la que gustó el despacioso concepto de Fernando Plaza, que a la postre dio la única vuelta al ruedo. Y eso que la novillada de Montealto dio muchas opciones a los de luces.

La tarde y la Feria comenzó con un novillo que tuvo alegria al arrancarse al caballo. Hubo competencia en quites. Por gaoneras ajustadas Diego San Roman y una ceñida respuesta por saltilletas de Pablo Mora. El ejemplar del hierro madrileño se movió con buen aire por ambos pitones después. Mora basó el primer tramo de la faena al natural. Temple como fórmula. Cuando se echó la muleta a la diestra, el novillo se vino con prontitud y ritmo y el novillero pudo firmar la mejor tanda de su trasteo. Aún así, el conjunto no terminó de romper y el epílogo no fue el más certero con los aceros, con corte en la mano derecha incluido.

Se presentaba en Madrid este miércoles el mexicano Diego San Román. El novillo de su debut sacó su lado manso desde que asomó por chiqueros. Siempre buscando salida tras entrar al peto y en el inicio de faena del azteca, que se fue a los medios y le dio distancia. Hubo mejores intenciones que resolución en esos primeros compases de la faena. Después todo se espesó y San Roman alargó sin mucho sentido la faena. Un feo metisaca se llevó por delante al de Montealto.

También trenzaba su primer paseíllo en Las Ventas Fernando Plaza, un novillero de formas muy “atalavantadas” que lidió un buen ejemplar del hierro propiedad de Agustín Montes. Sin estar sobrado de raza, el utrero tuvo nobleza, clase y ritmo en sus embestidas. El de Madrid corrió la mano con buen trazo especialmente por el pitón izquierdo. Apuntó buenas maneras pese a que la faena no terminó de romper en ningún momento. Se pidió tímidamente la oreja y Plaza recogió una ovación, igual premio que se llevó el novillo camino del desolladero.

El cuarto fue un novillo medio, bajo de raza, que ni molestó ni tampoco tuvo muchas complicaciones. Pablo Mora dejó un trasteo correcto pero sin levantar ningún ole en los tendidos. Fue silenciado. 

Tampoco tuvo mucha relevancia la faena de Diego San Roman al manso quinto, un ejemplar que llegó a echarse durante la faena de muleta. Lo mejor, la estocada con la que tumbó al novillo.

Fernando Plaza inicio de rodillas su faena al sexto que llegó mucho al tendido por la serenidad del novillero y el terso trazo de los muletazos. Este último ejemplar fue mansito en los primeros tercios pero llegó con una bondad infinita al de muleta. Muy asentado el novillero, que corrió la mano con lentitud y firmeza de plantas. Siempre bien colocado y tirando hasta el final de la embestida de su oponente. Una tanda al natural a pies juntos metido entre los pitones tuvo largura después en la resolución de los muletazos, rematando por abajo y muy atrás las embestidas del novillo. Tras un pinchazo y una estocada dio una vuelta al ruedo que premió lo realizado.

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FICHA DEL FESTEJO 

Madrid, miércoles 1 de mayo de 2019. Un quinto de plaza.

Novillos de Montealto, bien presentados aunque de variadas hechuras. Conjunto bajo de raza pero con nobleza en el último tercio. Destacó la prontitud y movilidad del primero y sobre todo el notable tercero, un ejemplar con clase y profundidad que fue ovacionado.

Pablo Mora, silencio tras aviso y silencio.

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Diego San Román, que debutaba en Madrid, silencio y silencio.

Fernando Plaza, que debutaba en Madrid, silencio tras dos avisos y vuelta al ruedo.