2ª feria del caballo
Ana Rita destaca en la segunda nocturna de rejones de Las Ventas
La rejoneadora portuguesa paseó la única oreja del mejor toro del encierro del hierro de Fermín Bohórquez.
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Paco Aguado
A la amazona le cupo en suerte el único de los "murubes" jerezanos que se mantuvo en la pelea sin refugiarse en tablas, lo que aprovechó para fijarlo ya de salida con la grupa templada de su caballo de salida y para banderillearlo en distintas suertes, además de rematar su faena con espectaculares "violines", alardes y adornos, siempre poniendo mucha fibra en el empeño.
A pesar de que pinchó antes de un rejonazo y de que tuvo que echar pie a tierra para descabellar al bravo ejemplar, Ana Rita calentó lo suficiente al tendido para que se le pidiera con fuerza, y se le concediera, esa única oreja de la noche.
En esta reunión hispano-portuguesa de seis rejoneadores, los españoles sacaron a flote su oficio para resolver con toros complicados, pues casi todos ellos se rajaron y buscaron descaradamente los adentros en cuanto recibieron el primer rejón de castigo, sin seguier apenas a las cabalgaduras durante el resto de su lidia.
El navarro Roberto Armendáriz tuvo que esforzarse para sacar a los medios, siempre sin ayuda de capotes, a un tercero muy aquerenciado con el que se lució en sendos emboques de mérito.
Al matar pronto tuvo una petición de oreja que solo quedó en una vuelta al ruedo que también dio, por su cuenta, el madrileño Iván Magro, después de malograr con los aceros un trabajo con salpicados momentos lucidos con las banderillas largas y las cortas.
Y no se rajó sino que se paró el sexto de la sesión, al que Andrés Romero fijó citándolo con el marsellés. El de Bóhórquez, al menos, se mantuvo en los medios y permitió al onubense atacarle en banderillas con su caballo "Fuente Rey", el mismo nombre de la finca de la ganadería.
Las batidas que le marcó tuvieron desiguales ajuste y precisión con los arpones, pero, aun así, la garra que puso Romero le hubiera granjeado mayor recompensa de no haber tenido que utilizar el descabello tras un defectuoso rejonazo de muerte.
La larga noche ecuestre había comenzado más de dos horas antes con las dilatadas y desafortunadas actuaciones de los portugueses Filipe Gonçalves y Luis Rouxinol, ya que tanto el veterano como el joven fallaron repetidamente al clavar farpas y banderillas a los toros con los que confirmaron su alternativa en Las Ventas, sendos "murubes" tan voluminosos como mansos.
Con el primero, que salió al ruedo veinte minutos después de que arrancara el festejo, Gonçalves, a pesar de su larga trayectoria, se mostró impreciso y despegado al clavar y torear, mientras que el voluntarioso Rouxinol tuvo que recurrir demasiado al capote de su auxiliador Ricardo Miguel para poder banderillear al segundo de Bohórquez antes de perderse con los aceros de muerte.



