Problemas para Elon Musk: el primer paciente en llevar el chip de Neuralink sufre un accidente durante el primer mes

El objetivo de esta interfaz, llamada Telepathy, es restaurar funciones cognitivas en determinados pacientes

Neuralink

Juan Domingo Pérez

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Neuralink es una de las muchas empresas fundadas por Elon Musk. Destinada a la neurotecnología, tiene el objetivo de desarrollar conexiones entre el cerebro humano y los ordenadores. Su tecnología se basa en el implante de un chip que asimila las señales neuronales y las traduce en acciones digitales, abriendo nuevas posibilidades para personas con parálisis o discapacidades neuromotoras.

Noland Arbaugh, el primer paciente humano en recibir un implante cerebral de Neuralink, ha podido experimentar en primera persona el sueño futurista de controlar un dispositivo electrónico con la mente. Sin embargo, también tuvo que vivir la cruda realidad de los límites actuales de la neurotecnología. A más de un año de su intervención, ha sido confirmado por la empresa de Musk que el chip empezó a fallar tan solo un mes después de su operación.

Un avance histórico que tuvo fecha de caducidad

El 28 de enero de 2024, Arbaugh, un joven estadounidense de 29 años con parálisis total tras u accidente de buceo, fue la primera persona en probar el chip N1 de Neuralink. La prótesis tecnológica, que tiene el tamaño de una moneda, se conecta al cerebro a través de 64 hilos muy finos, que internamente tienen 1.024 electrodos que permiten su funcionamiento.

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Neurotecnología

Durante las primeras semanas la experiencia fue todo un éxito, tuvo la posibilidad jugar ajedrez, navegar por internet e incluso poder transmitir sus pensamientos mediante la tecnología. Sin embargo, poco después algo empezó a fallar con el dispositivo

Un FALLO INESPERADO ACABARÍA CON EL SUEÑO

Neuralink ha reconocido que alrededor del 85% de los hilos implantados se desconectaron del tejido cerebral al poco tiempo de la cirugía, provocando que el rendimiento de la prótesis tuviera una caída progresivamente drástica.

Según varios investigadores de la empresa, la causa fue una combinación de algunos eventos desafortunados:

  1. La cicatrización fue más lenta de lo previsto.
  2. El paciente sufrió de neumoencéfalo, es decir, que tras la cirugía quedo aire acumulado en su cráneo.
  3. Se esperaba que el movimiento natural del cerebro estuviera en torno al milímetro, terminaron siendo 3 mm.

“Pensé que habían hecho cambios al software… pero me dijeron que los hilos se estaban saliendo de mi cerebro”, contaba Arbaugh para Bloomberg News en una entrevista reciente. “Fue muy duro escuchar eso. Lloré un poco. Pensé que mi viaje había terminado”.

Al poco tiempo se buscó una solución

Lejos de tirar la toalla, Neuralink continuó con el experimento, optando por hacer una actualización para poder arreglar los errores y salvar el rendimiento del chip neuronal. Rediseñaron los algoritmos para detectar señales más largas y mejoraron la traducción de los impulsos cerebrales en acciones digital.

En vez de hacer una segunda operación, se buscó una solución 100% informática, e increíblemente al poco tiempo, Noland Arbough volvió a tener control total del ordenador, inclusive pudo superar los niveles iniciales de precisión y velocidad.

El equipo técnico afirmó, que estas actualizaciones "mejoraron de forma rápida y sostenida la tasa de bits por segundo (BPS)", un dato clave en la calidad de la interfaz cerebro-ordenador.

Sin embargo, esto ha sido solo un periodo de prueba

Aunque el experimento sigue en continuidad actualmente, Arbough ya sabe que su chip será retirado dentro de cinco años, ya que es solo un beta testing de lo que será el producto final cuando salga al mercado.

Él mismo reconoció en su entrevista con Bloomberg News que eso sería volver a perder el control y la capacidad de comunicación digital que tiene actualmente. “Una vez que pruebas esto, no puedes dejarlo. Me vuela la cabeza”, dijo emocionado. Y agregó: “Espero que me tengan en la lista para la siguiente versión”.

¿Cuál es el siguiente paso para Neuralink?

La empresa de Elon Musk, ha conseguido la autorización de la Food and Drugs Administration (FDA), organización encargada de la administración de alimentos y medicamentos en Estados Unidos, para poder implantar su chip en nuevos voluntarios.

En ese sentido, la empresa ha sacado un comunicado oficial en su blog afirmando lo siguiente: "Esperamos que los futuros implantes, incluido uno previsto para un segundo participante, incluyan un procedimiento quirúrgico modificado que inserte los hilos a mayor profundidad en el cerebro para prevenir mejor la migración."

El objetivo de la empresa es ambicioso: dejar de tratar casos aislados y empezar a tratar a miles de pacientes. Además, ir más allá de cursor en la pantalla de un ordenador. Neuralink buscará recuperar la visión, curar enfermedades e incluso fusionar mente y máquina.

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Neuralink 2

Un futuro prometedor

El caso de Arbaugh demuestra que, la tecnología está avanzando con gran rapidez, sin embargo, para que su relación con el cuerpo humano pueda consolidarse, tendrá que superar aquellos retos que compliquen su evolución. 

A pesar de que el proyecto financiado por Musk se haya encontrado con su primera pared, muchos expertos consideran que este experimento ha sido todo un éxito: se evitó una segunda cirugía, se corrigió el problema desde el software y el paciente ha quedado encantado con la experiencia.

Quedará por ver si Neuralink es capaz de convertir estos primeros pasos en soluciones para aquellas personas que más lo necesitan. Por ahora, está claro que quedan varios kilómetros por recorrer en el camino hacia una interfaz cerebro-ordenador que pueda estar cercana a la perfección, pero el magnate surafricano se dirige en la dirección correcta.