Ha llegado el día. Vodafone lanza este sábado el 5G en España, lo que la convierte en la primera operadora que ofrece en nuestro país una tecnología de telefonía móvil que supone un salto de gigante, a menudo comparado con lo que supuso la irrupción del PC en el ámbito informático.

¿Cuáles son las novedades?

Vamos a sufrir grandes cambios con la llegada del 5G, que entre otras peculiaridades, va a traer consigo el llamado “internet de las cosas”. Esa conectividad que va a estar presente en todos los lugares de nuestro entorno y que va a facilitar nuestra vida de manera exponencial. Pero para eso, falta estrenarlo y que evolucione. Los cambios que vamos a poder ver instantáneamente son tres muy significativos:

• 1. Velocidad: La telefonía móvil de quinta generación permite velocidades en las comunicaciones y capacidades de red cien veces mayores que las actuales. Esto va a conllevar una disrupción respecto a las velocidades anteriores.

• 2. Latencia: La latencia es el tiempo que ocurre entre que envías una petición hasta que recibes el primer bit de respuesta. En redes informáticas de datos la latencia es la suma de retardos temporales dentro de una red. Es decir, con el 5G, vamos a poder disfrutar de latencias increíblemente bajas.

• 3. Conectividad: Otra de las características básicas de la llegada de tecnología móvil de quinta generación va a ser la posibilidad de conectar entre sí hasta un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado al mismo tiempo. Un aumento de la capacidad increíblemente superior al anterior.

El camino hasta el 5G

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Mientras que la telefonía móvil 1G fue la analógica que sólo transmitía voz, la 2G fue la primera digital (GSM) y permitía enviar SMS. En la actualidad se usan la 3G (UMTS), que supuso la llegada de internet al móvil, y la 4G, que está centrada en la transmisión de datos. 5G será la tecnología del internet de las cosas con latencias mínimas.

Intereses geopolíticos

Con la llegada del 5G las comunicaciones móviles se han convertido en una cuestión geopolítica estratégica que ya está enfrentando a EE.UU. y China y que ha llevado a Washington a establecer un plazo de tres meses para que sus empresas dejen de hacer negocios con Huawei, la empresa tecnológica china a la que Donald Trump acusa de colaborar en tareas de espionaje y que lidera el desarrollo de equipos de red de esta tecnología.