Según los expertos, "el estrés es la experiencia psicológica cuando las demandas del entorno superan a nuestros recursos del afrontamiento". El denominado 'estrés a largo plazo' o 'estrés crónico' puede llegar a durar semanas, meses o incluso más tiempo. Las causas pasan por un estrés resultado de la rutina, las demandas del trabajo, necesidades familiares o problemas económicos. También puede venir por cambios repentinos en la vida como el divorcio, una enfermedad, la pérdida de un trabajo o algún acontecimiento que puede tener un impacto prolongado.

También existe otro que puede ocurrir cuando una persona está en peligro de sufrir un daño grave o incluso la muerte. Las personas pueden responder al estrés de forma diferente, desde enfermarse con frecuencia, problemas de estómago, dolores de cabeza, problemas para dormir, o bien sentirse triste, enojado o triste con facilidad.

Un episodio de ansiedad puede ser reconocido como un accidente laboral y aceptarse como baja por salud mental, tal y como lo reconoció el Juzgado de lo Social Número 5 de Madrid. Al parecer, un empleado tuvo un cuadro de ansiedad y depresión, lo cual le llevó a un proceso de incapacidad temporal. Una baja que llegó a durar un año debido a su situación de salud mental. El juzgado madrileño falló a su favor. Según la magistrada Ángela Mostajo, el trabajador no se vio sometido al "estrés normal" sino que sufrió un "incremento del trabajo y del estrés motivado por un constante fallo de la maquinaria". Esto le llevó a trabajar bajo una presión constante.

Cada vez son más frecuentes estas situaciones y por ello se ha de reconocer y reconducir. En el caso de que se repitan con demasiada frecuencia, intensidad o duración, "puede convertirse en un problema para la salud física y psicológica" de la persona, según la magistrada. Para ello, psicólogos como los de la empresa ifeel, remarcan diez situaciones que pueden provocar el estrés laboral, y, por tanto, se han de intentar evitar.

Exceso de tares o ausencia de motivación

El primero y más común es el exceso de tareas, ya que realizar un gran volumen de trabajo en un periodo de tiempo insuficiente genera un estrés por querer realizarlo en el momento estipulado. En relación con las tareas, la posible dificultad para hacerlas puede ser una de las causantes del estrés, ya que existe un desequilibrio "entre lo que demanda la situación y los recursos que se tienen para ello".

Por otro lado, también podemos mencionar los ruidos ambientales, que causan desconcentración, lo que puede hacer que genere ansiedad. En este sentido, mencionan la falta de ayuda a la hora de desempeñar la tarea. Asimismo, la falta de desconexión digital puede saturar al trabajador al hacer uso de ella tanto dentro como fuera del trabajo. Esto impide que "la capacidad de procesamiento" de la persona descanse, creando más fatiga y, por tanto, mayor probabilidad de estrés.

La ausencia de instrucciones claras es otra de las situaciones por las que una persona puede estresarse, precisamente, por no sentir que está siendo eficiente con su trabajo. También las pausas mal planteadas o el exceso de responsabilidad pueden crear también ansiedad en nuestro puesto.

Por otro lado, otra de las situaciones que puede generar una situación de estrés laboral es la mala organización de las tareas a la hora de realizarlas según la urgencia, importancia o dificultad. En este caso, por ejemplo, podríamos hablar de dejar las labores más complicadas para cuando estamos más cansados. En estos casos, es probable que no podamos enfrentar de la manera adecuada los recursos que tenemos y pueda acabar generando una situación de insostenibilidad mental. Por último, otra de las situaciones que puede afectarnos en nuestro puesto es la posible ausencia de motivación, ya que no se sabe cómo enfocar nuestro trabajo.