¿Por qué se nos duermen las piernas y brazos? Causas y remedios para evitarlo
Una mala circulación, mala postura mientras dormimos o tener una lesión en un nervio son los motivos más conocidos

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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A todos nosotros se nos han dormido más de una vez los brazos o las piernas… Esto es una cosa totalmente normal en el ser humano, pero hay veces que es más grave de lo que parece. El nombre que recibe este fenómeno es el de parestesia, que no es más que una sensación de entumecimiento u hormigueo en alguna parte del cuerpo que puede llegar a la pérdida de sensibilidad. Hoy os daremos un repaso por los motivos que hacen que esto se produzca. Ante todo no debemos alarmarnos, ya que el hecho de que se nos duerman las piernas o los brazos no quiere decir que tengamos o padezcamos alguna enfermedad, pero cuando es algo crónico debemos acudir a un especialista.
Las causas pueden ser múltiples, aunque el motivo más habitual es un nervio que está comprometido entre dos superficies como cuando hemos tenido mucho tiempo una pierna cruzada sobre otra o hemos estado sentados encima de una pierna. Hay que decir que puede producirse en cualquier zona del cuerpo, todo dependerá del punto del sistema nervioso que esté presionado, aunque lo más habitual es que aparezca en las piernas, los pies, brazos y manos.
Lo más aconsejable cuando sucede es que, en cuanto notemos las primeras molestias, cambiemos de posición o movamos la parte afectada para que no vaya a más. Pero si el cosquilleo ya ha aparecido, basta con eliminar la presión para que, al cabo de poco tiempo, se recupere la sensibilidad. Para acelerar el proceso podemos hacer un suave estiramiento, darnos un masaje o movilizar la extremidad afectada, por ejemplo, andando un poco.
Impedir una correcta circulación sanguínea es una de las principales causas de adormecimiento, pero existen otras como tener una lesión en un nervio. Padecer esto lo que hará será afectar al correcto funcionamiento de las extremidades. Por ejemplo, si padecemos una lesión en el cuello el entumecimiento puede producirse en cualquier parte de los brazos, por lo que será algo habitual. Si la lesión la padecemos en la base de la espalda, el entumecimiento afectará a cualquier parte de las piernas.
Pero no solo por una lesión nerviosa podemos padecer entumecimientos, sino que una presión constante en el nervio raquídeo puede ser la causante de este mal. Normalmente esto sucede cuando el nervio está oprimido por algo, como es el caso de las hernias discales, en las que una vértebra presiona al nervio. Otras afecciones como la arteriosclerosis pueden causar este entumecimiento e incluso dolor. En este caso se debe a la mala circulación sanguínea debida a la acumulación de placa en las arterias.
Otros motivos por los que se pueden producir son las migrañas, la diabetes, los problemas coronarios, falta de vitamina B12, tener niveles anormales de calcio, potasio… Estos son algunos de los motivos por los que nos puede aparecer el entumecimiento en nuestras extremidades. Por ello es necesario que prestemos atención en todo momento a este asunto si el problema se encuentra en nuestro día a día, ya que no es normal que suceda de manera espontánea y dilatada en el tiempo.

Cuando el hormigueo es crónico
En algunos casos la parestesia no es temporal, no desaparece o, si lo hace, vuelve de nuevo. Esto se llama parestesia crónica y puede llegar a ser un signo de enfermedad neurológica o un daño nervioso traumático. Puede tener diversos trastornos como los siguientes:
Un derrame cerebral, cuando se corta el flujo de sangre al cerebro.
El exceso de alcohol
Presión sobre el nervio ciático, que va desde la parte inferior de la pelvis hasta las nalgas y las piernas
Algunos medicamentos como ciertos antibióticos, anticonvulsivos y algunos tipos de quimioterapia
¿Se puede tratar?
Dependiendo de la causa, es posible poner remedio a este síntoma. Puede ser necesario, por tanto, considerar los problemas en nuestro estilo de vida y revisar factores fundamentales como la alimentación, el consumo de alcohol y los medicamentos. Lo importante es mantener una alimentación saludable, en la que no se incluya el consumo de alcohol y que sea alta en vitaminas y nutrientes, puede ayudar a mejorar los síntomas, aunque también es probable que no los elimine por completo. Realizar ejercicios como estiramientos, también puede funcionar.