El mes de septiembre se lleva la medalla de oro como mes del año en el que nacen más niños. En contra de este dato, los meses en los que menos bebés nacen son en febrero y junio. Aunque la natalidad varía con el paso del tiempo, en los meses invernales son las fechas en las que más se buscan niños.

Las dos claves más importantes son el frío y la navidad. La mayoría de los niños del siglo XXI han sido concebidos en fechas navideñas, lo que señala que las parejas prefieren estar más juntas durante estos días. Sí a este hecho unimos las bajas temperaturas que hay en la calle y los momentos de sofá, manta y película, estamos en el momento idóneo para traer a un nuevo niño al mundo.

Según los profesionales, existen otros factores más preocupantes y complicados como la situación económica, los altos niveles de paro y la aparición de anticonceptivos. También, las creencias sociales y religiosas influyen en esta estadística.  En contraposición a este dato, los meses de febrero y junio son los que menores índices de natalidad registran, aunque en el segundo mes del año es normal porque es más corto que los demás.

Pero esta tendencia hacia los meses otoñales no siempre ha sido así. Los niños de finales del siglo pasado preferían nacer en el mes de mayo. Agosto, periodo vacacional por excelencia, era el momento preferido por las parejas para añadir un nuevo miembro a la familia. 20 años antes, junio era el mes más elegido para concebir y, por tanto, el mes de más nacimientos era marzo.