El pasado miércoles, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmó que existía un "posible vínculo" de la vacuna de AstraZeneca con los casos inusuales de coagulación sanguínea y trombos que se han reportado en algunas personas que han recibido la vacuna. No obstante, aseguraron que los beneficios de su inoculación eran muy superiores al riesgo de los efectos secundarios. Tras el anuncio, la Comisión de Salud Pública va a valorar este jueves ampliar la vacunación de AstraZeneca a la franja de edad de 66 a 69 años después de que el Consejo Interterritorial de Salud paralizara la vacunación en menores de 60 años.

Actualmente se han registrado algo más de 200 casos de trombos en un total de 34 millones de personas que han recibido la vacuna. Es decir, el 0,005 por ciento de quienes han recibido una dosis han experimentado posteriormente un caso de trombosis. En España han sido doce en más de 1,5 millones de inyecciones.

Los medicamentos con efectos secundarios más graves que la vacuna

Los casos de trombos tras recibir la vacuna de AstraZeneca son muy pocos y la posibilidad de hacerlo es de una sobre 100.000. El nolotil, según su propio prospecto, puede causar una reducción severa de los glóbulos blancos en una de cada 10.000 personas, que podría incluso derivar en la muerte debido a una infección grave. También el popular omeprazol, además de la disminución de los glóbulos blancos, también puede causar problemas graves de riñón en uno de cada mil pacientes.

El primperán, que sirve para combatir las náuseas, también puede llegar a causar síntomas similares a los de párkinson y en uno de cada cien casos alucinaciones. Yendo un poco más allá, también podríamos hablar de la aspirina. Los científicos solo recomiendan su uso en caso muy específicos. Según un estudio publicado en la prestigiosa revista científica 'The Lancet' en el año 2017 señalaba que en Reino Unido se notifican cada año en torno a 20.000 hemorragias y alrededor de 3.000 fallecidos tras tomar aspirinas cada día.

Tampoco podemos olvidar las pastillas anticonceptivas, que se desaconseja a mujeres de más de 35 años, con obesidad o fumadoras, ya que también hay riesgo de sufrir trombos. De hecho, una de cada 100.000 mujeres que toman este fármaco puede fallecer, precisamente, a causa de una trombosis.

Otro tipo de medicamentos como los corticoides o los inmunosupresores también presentan como posibles efectos secundarios raros la trombosis, más aún si se presentan factores de riesgo como el tabaquismo, tratamientos hormonales, sedentarismo o si existen antecedentes previos de trombosis. En última instancia, todos aquellos medicamentos diuréticos, en aquellas personas que padecen hipertensión o con mala alimentación, también puede presentar cuadros trombóticos.