• Jueves, 09 de mayo 2024
  • ABC

COPE

Noticias

Informe COPE: 1 de cada 7 jóvenes tiene problemas de salud mental

El trastorno del apego está en la raíz de muchos de ellos

Audio

Carmen Labayen
@carmenlabayen

Jefa de Sociedad, Nuevas Tecnologías y Casa Real en COPE

Tiempo de lectura: 5'Actualizado 07:51

1 de cada 7 jóvenes de entre 10 y 19 años padece algún tipo de trastorno mental. De ellos, el 9 por ciento ha experimentado ideas suicidas y el 15 por ciento muestra síntomas de depresión. Según recoge el último informe COPE, el llamado trastorno del apego o de la vinculación está en la raíz de muchos de los problemas más recurrentes de salud mental. Es un abandono o un cuidado insuficiente desde la cuna y mina la confianza y la capacidad de relacionarse con los demás de quienes lo sufren.

Es frecuente en niños y adolescentes en situación de guardia y tutela, como los que viven en el Proyecto Sirio, pionero en la atención psiquiátrica y el tratamiento multidisciplinar infantojuvenil de media y larga estancia, donde en los últimos 25 años 150 menores han recibido atención integral que necesitan en los dos hogares que tienen en Madrid.

“Con problemas de relación interpersonal vienen casi todos. Para muchos, el origen de su patología está en una alteración de la vinculación temprana con la figura materna, que ha sido insuficiente, que no ha existido, que ha tenido una enfermedad mental u otras circunstancias vitales importantes que han impedido la creación de ese vínculo con su bebé que le fuera dando la confianza básica para afrontar el mundo”, señala la psiquiatra de niños y adolescentes, María Eugenia Herrero.

Esos lazos son el motor esencial para el desarrollo personal del bebé, del niño y futuro adulto. Cuando no se tejen, los chavales sufren problemas importantes de relación, agresividad, tristeza, poco apego por la vida y fracaso escolar. Y es que, según subraya Herrero “carecerán de la base necesaria para explorar el mundo, para querer conocerlo, para fiarse de los demás y, en los casos más graves, verán afectada su capacidad cognitiva”.

Recomponer el vínculo es algo posible, pero requiere de tiempo, esfuerzo y de los apoyos necesarios tanto del ámbito terapéutico como educativo, entre ellos psiquiatras, psicólogos, educadores, y trabajadores sociales. En Sirio, que acompaña a niños y adolescentes de 7 a 19 años, han apostado por promover cuidados y tratamientos de alta calidad. Con cuidados y atención individualizada, constante e ilusión, logran rebajar el elevado nivel de agresividad con la que llegan muchos chicos al hogar hasta lograr su integración social y, si es posible, también familiar.

“Si nuestros niños tienen tristeza, depresión encubierta, mucha rabia, sienten y expresan que la vida es una mierda; en los hogares nosotros buscamos motivos de celebrar todo: cumpleaños, fiestas, primaveras, la llegada del otoño y por supuesto cada éxito que cosechen. Detrás de muchos diagnósticos por problemas disociales, de conducta o de hiperactividad se esconde un trastorno de apego. Se pueden curar, pero con un esfuerzo enorme de personal, de tiempo, de acompañamiento, afecto y re-vinculación para darles a estos niños la confianza que necesitan para poder ser autónomos y constructores de su vida”, explica Herrero.

Celso Arango es director del Instituto de Salud Mental y Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, del que dependen los menores institucionalizados de la Comunidad, considera que “el vínculo seguro inicial es la base de una buena salud mental. Cuando no existe, el trastorno mental es casi la regla. Cuando uno no puede fiarse ni de su propia familia, ni de su entorno más cercano, se rompe el vínculo que luego también se puede reconstruir”.

Las patologías que más atienden en menores de edad son, según explica a COPE, “trastornos adaptativos y ansiosos, seguidos de cerca por cuadros depresivos que en los niños se manifiestan con síntomas específicos. En los adultos la característica principal es la tristeza, en los niños es, en cambio, la irritabilidad. Un niño que está con los nervios a flor de piel, que salta por cualquier cosa, que está siempre a disgusto, irritable, con rabietas continuas, tiene muchas posibilidades de ser un niño deprimido”.

7 de cada 10 patologías mentales entre adultos surgen antes de los 18 años y casi la mitad antes de los 14 años. En la última década, los trastornos psiquiátricos en menores se han multiplicado por 4. Han pasado del 1,1 al 4 por ciento, según los datos recopilados por la Asociación para Gestión de la Integración Social GINSO.

A José sus padres adoptivos recurrieron por internarle en un centro especializado

En los 7 meses que lleva interno en uno de los centros terapéuticos de Recurra-GINSO y, según explican a COPE, quienes le acompañan, José ha hecho enormes progresos. También él se siente satisfecho con el camino recorrido. Fue adoptado y tuvo que afrontar un traslado familiar al extranjero con mucho choque cultural e idiomático. Ser víctima de acoso escolar y las dificultades para tolerar la frustración por todo lo que le ocurría detonaron en agresividad y hostilidad hacia todo y todos. Y su familia tuvo que recurrir al internamiento.

“Sé que mi salud mental es la misma que la de antes, pero la sé llevar mejor y he sabido gestionar cosas que antes no sabía gestionar. Me he hecho mil preguntas y aún me sigo sintiendo confundido, pero a la vez feliz de haber podido empezar algo que hasta ahora no había podido. Me importa saber afrontar los problemas y adaptarme a los cambios y quiero seguir mejorando mi relación con los demás y aprender a poner límites” señala José.

Admite que cuando llegó, engañado por sus padres adoptivos que no se atrevieron a decirle que le llevaban a un centro terapéutico, había quemado muchos puentes: “había decidido erróneamente que la mejor manera de no sufrir ninguna pérdida era no tener nada que perder. Empecé entonces a encararme con mis padres, con mis profesores y a sentir culpa porque veía que mis padres no estaban felices, mis profesores me tenían miedo y mis padres también”.

Antonio Jiménez Pérez es el subdirector del centro en el que está internado. Considera que: “estamos en un momento muy bueno, ante el reto de ayudarle a él y a su familia a explorar que se esconde en el fondo de toda esa rabia, esa agresividad y ese rencor que viene aflorando en su conducta desde hace tiempo”.

Cada vez más casos y a edades más tempranas

El psicólogo y director clínico de Recurra-GINSO, Javier Urra, admite que están viendo cada vez más trastornos mentales en menores y cada vez a menor edad llegan casos de trastornos obsesivos compulsivos, miedos inespecíficos y fobias: “antes los problemas llegaban en niños de 11 o 12 años y ahora vemos rasgos que llaman la atención con 8 y 9 años, es decir que baja mucho, como también se está adelantando el desarrollo fisiológico. Vamos definiendo cada vez más y, por tanto, más población aparece como etiquetada, pero vemos niños con mucho estrés y también con depresión”.

“Hay un sobre diagnóstico de los trastornos de déficit de atención e hiperactividad y, en cambio,la depresión está infradiagnosticada en niños y adolescentes, suele cursar con desesperanza y con una visión en túnel problemática. Parecen adolescentes, oposicionistas, negacionistas y lo que están es profundamente deprimidos”, subraya Urra.

Junto a ese infra diagnóstico, le preocupa “la desilusión que veo en niños y en jóvenes que no ven un futuro laboral, de pareja ni ninguna razón para estar alegres. Llama la atención de jóvenes que están desincentivados, desmotivados, les faltan motivos para vivir”.

Considera que los males de los niños y adolescentes son los males de la sociedad actual. Y es que según Urra además de que hacer accesibles los servicios de apoyo psiquiátrico y psicológico que los jóvenes con problemas de salud mental necesitan, “hace falta una sociedad más sana, cariñosa, afectuosa,que apueste por la familia, por la comunicación, por el amor, por la seguridad, por saber perdonar y ser compasivos: el haber generado un vínculo y un apego es esencial”.

Considera que debemos enseñar a los niños a manejar la soledad, a divertirse, a no pedir a la vida más de lo que la vida te puede dar, a saber aburrirse, a aceptar la frustración, a diferir la gratificación, o lo que es lo mismo, “a fortalecer el carácter para vivir y afrontar la vida”.

Radio en directo COPE
  • item no encontrado

En directo 2

Directo TRECE al día

TRECE al día

Con José Luis Pérez y Lucía Crespo

Ver TRECE