¿Cómo impactan las redes en la calidad de vida de los adolescentes?
Aumenta la evidencia de que los riesgos superan las ventajas

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¿Son más perjudiciales que beneficiosas las redes sociales para los adolescentes? Cada vez más expertos y estudios científicos muestran que sí que los riesgos de su uso y, en muchos casos abuso, superan las ventajas. Alertan de que la era digital ha aumentado la ansiedad, la insatisfacción corporal y la autoexigencia entre los chavales, algo que pone en riesgo su salud mental y su vida al haber propiciado un aumento de las autolesiones y los suicidios.
Casi la mitad de los adolescentes de entre 12 y 16 años se compara con los cuerpos que aparecen en redes sociales y 1 de cada 3, también ellos, aseguran que les gustaría operarse para cambiar alguna parte del cuerpo. Otra opción es recurrir a los filtros digitales para transformar su imagen en Instagram o TikTok según un estudio que acaba de publicar la ONG Plan Internacional que defiende los derechos de la infancia y la igualdad.
“Vemos a niñas de 9 años luchando contra el envejecimiento con maquillajes o ejercicios faciales muy preocupadas en prevenir unas arrugas que no tienen. Al igual que los filtros, esa focalización en la imagen incrementa mucho la presión estética, piensan que podrían ser más guapas o mejores, que nos son suficientes”. Así de gráfico lo explica Francisco Villar responsable de la Unidad de Suicidios Vall D'Hebron.
Constata que los casos de adolescentes y niños atendidos se han cuadruplicado en la última década en su unidad hasta superar los 1.000 por año y considera que más que ayudarles o vincularles las redes sociales les aíslan y encapsulan además de impedirles hacer otras cosas que son esenciales para su desarrollo.
Explica que una entrevista con COPE que son nocivas para las relaciones sociales de calidad y que, al afectar a nuestras funciones cognitivas, tampoco han sido la panacea para el aprendizaje que nos vendieron.
Su recomendación para los padres es muy clara y es no ceder a la presión ambiental ni a los intereses de las tecnológicas y no darles un móvil en propiedad a sus hijos ni acceso a las redes sociales antes de, como pronto, los 16 años: “con no hacer nada hemos arreglado el supuesto problema porque no va a venir Mark Zuckerberg a tu casa a picar en la puerta para darle el móvil a tu hijo y así poder hacer caja, no van a venir las tecnológicas a tu casa”.
Considera que nos han convencido a los padres para que les demos algo que les hace daño a nuestros hijos y que no podemos ceder a la presión social porque les estaríamos dando un mal ejemplo. Aboga por pedir perdón a la generación del COVID por el refuerzo en el uso de las pantallas que recibieron y por no haberles sabido proteger cuando aún no sabíamos de los efectos perversos de cómo está diseñada la tecnología
“Lo peor que podemos hacerles a ellos después de haberles fallado es ni siquiera rectificar con lo que ellos nos han enseñado y con lo que hemos visto en ellos. A ellos ayudarles como podamos, pero es verdad que estamos desbordados en las consultas de salud mental”, subraya este especialista en suicidio en la infancia y la adolescencia.
¿Es un momento estratégico para proteger mejor a los menores?
Así lo ven en la Plataforma Control Z, una alianza de sociedades científicas, civiles y mediáticas que busca promover en España un uso responsable de Internet y de las pantallas entre los menores, combatiendo la “pandemia de la hiperconexión digital”. Abogan por poner fin al uso precoz, excesivo y al acceso a contenidos dañinos una vez que se ha probado científicamente que son nocivos para la salud mental y física de los niños y adolescentes y por un acceso progresivo y gradual a la tecnología en función de la madurez de cada adolescente.
Según la presidenta de esta plataforma Mar España el uso de las redes sociales tienen mucho que ver con el hecho de que el suicidio sea la segunda causa de muerte entre los jóvenes de menos de 29 años no solo en España sino también en la Unión Europea.
Apuestan también por la prohibición del acceso a las redes sociales hasta los 16 años y por emprender demandas colectivas para exigir responsabilidad penal a las plataformas tecnológicas en España como ya está ocurriendo en otros países.
Consideran que, en materia legislativa, hay avances, pero plantearán a los grupos parlamentarios propuestas para mejorar la Ley de Protección de los Menores en los Entornos Digitales, que tramita el Congreso de los Diputados y que amplía la edad de consentimiento en el tratamiento de datos a los 16 años, incluye controles parentales obligatorios en dispositivos y sanciona contenidos perjudiciales, como los creados por IA y el acoso y el abuso sexual online.
En línea con las recomendaciones de los pediatras también propondrán que se introduzca una modificación de la LOMLOE para que la enseñanza digital se adapte a las pautas que están dando las sociedades científicas: cero horas entre los 0 y los 6 años, es decir, en Educación Infantil y una hora como máximo al día en Primaria de 6 a 12 años y a partir de secundaria se limite a un máximo de 2 horas.
Consideran positivas iniciativas medidas con la prohibición del uso individual del móvil en Infantil y Primaria en algunas comunidades autónomas como Madrid o Valencia y abogan por su extensión al resto del territorio.
Redes y menores: una peligrosa combinación
Entre la evidencia científica sobre la peligrosidad de las redes sociales para los niños y adolescentes figuran los estudios de la Fundación Molly Rose en el Reino Unido. Junto a The Bright Initiative by Bright Data simularon cuentas de chicas de 15 años con problemas y vieron cómo el 97 por ciento de los vídeos que les recomendaban en Instagran y el 96 por ciento de su contenido personalizado en TikTok era perjudicial con referencias activas al suicidio, a la autolesión y a métodos para quitarse la vida, y que, en esta última plataforma, uno de cada 10 vídeos dañinos acumulaba al menos un millón de “me gusta”.
8 años después de su creación tras el suicidio de Molly Russell con 14 años en 2017 cuyo caso puso en el punto de mira a algunas de las grandes tecnológicas, esta Fundación volvió a denunciar el pasado agosto que las principales principales plataformas de redes sociales siguen ofreciendo contenidos nocivos en línea a adolescentes de forma recurrente y prioritaria.
Otra investigación de la Universidad del Sur de Dinamarca llevada a cabo por la psicóloga Nava Silton y publicada en 2024 demostró que limitar el tiempo que los niños y adolescentes de entre 4 y 17 años pasan antes las pantallas a un máximo de 3 horas por semana impacta positivamente tanto sobre su salud mental y emocional como sobre su comportamiento. En este país el Gobierno ha creado una alianza para proteger mejor a los menores frente a los algoritmos, la reproducción automática de contenidos o el scroll que permite ver contenidos de forma ilimitada.
En España además de la ley que actualmente tramita el Congreso de forma urgente, la protección de los menores en Internet se rige por la Ley Orgánica 3/2018 (LOPDGDD), que establece los 14 años como edad mínima para consentir el tratamiento de datos personales, y la reciente Ley Orgánica 8/2021 (Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia), que protege de forma integral a los menores frente a la violencia en el entorno digital.
Fomentar desde la infancia la autoestima y el pensamiento crítico
No todos los expertos están de acuerdo en que la solución pasa por prohibir el móvil y el uso de redes sociales hasta como pronto los 16 años. A juicio de Begoña Suárez, al frente del servicio de psicología del Hospital Blua Sanitas Valdebebas, como padres lo que debemos es acompañar a nuestros hijos en ese uso y fomentar habilidades que les ayudarán a minimizar los riesgos que, para ellos, conlleva Internet.
Lo más importante para una buena salud mental tanto en la adolescencia como más adelante es, según explica en COPE, que puedan generar una identidad propia, saber quienes son y quererse a sí mismos. Acompañarlos para que sean ellos y que sean conscientes de que tienen valor por sí mismos y no por su físico o su imagen y fomentar el pensamiento crítico es lo mejor que podemos hacer los padres en la sociedad tecnológica.
Si que admite que en la adolescencia también la autoestima está en construcción y trabajarla desde la infancia es esencial porque es la falta de ella lo que desemboca en conductas peligrosas para nuestra salud física y mental como las autolesiones o las adicciones y otras trampas que nos hacen sentir cada vez peor.
“Es básico que el adolescente aprenda a saber quien es, más allá de poder identificar lo que les va a venir por redes que es bastante difícil de controlar. Lo que sí está en nuestra mano es darles esas herramientas a nuestros adolescentes para que identifiquen quienes son y puedan construir su vida sabiendo que, usen filtros o no los usen, son valiosos por lo que son y no por lo que se ve. Y para eso hay que hablar mucho con ellos, validar sus emociones, saber qué les preocupa y qué contenidos ven en Internet”, subraya Suárez.



