Estos son los 5 mitos falsos sobre el cambio climático y las evidencias científicas que los desacreditan
A pesar de que ya estamos viviendo algunas de las consecuencias causadas por el calentamiento global, sigue habiendo personas que niegan su existencia, basándose en teorías falsas

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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El cambio climático es uno de los temas que se encuentran en la actualidad diariamente. Cada día leemos alguna noticia sobre el impacto que está teniendo en el planeta. Los científicos no dejan de advertir que tenemos que poner soluciones de manera inmediata, antes de que no haya vuelta atrás y sea irremediable el destino de la Tierra. Los expertos llevan estudiando el cambio climático los últimos 150 años. Sin embargo, la industria y algunos políticos están negando que este fenómeno exista, sustentándose en falsos mitos que no hacen sino aumentar las dudas de la gente, para así poder llevar a cabo sus ideas insostenibles sin ningún tipo de repercusión .
Las últimas investigaciones estiman que las cinco compañías petroleras y de gas más grandes del mundo dedican alrededor de 200 millones de dólares al año al mantenimiento de lobbies que controlan, retrasan o impiden el desarrollo de políticas climáticas de obligado cumplimiento. Los negacionistas han logrado que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se haya paralizado, hasta el punto de encontrarnos en una situación de emergencia climática global. Aquí se explicarán cinco de los mitos más utilizados y las evidencias científicas que los desacreditan.
El cambio climático no es más que una parte del ciclo natural
Es cierto que el clima terrestre no ha dejado de cambiar en ningún momento, pero los estudios de la paleoclimatología (climas antiguos) han demostrado que los cambios que se han dado en los últimos 150 años no son naturales. Los resultados de estas investigaciones indican que el calentamiento previsto para el futuro podría no ser parecido a ninguno que haya habido en los últimos cinco millones de años. Por lo tanto, el argumento utilizado por los negacionistas es que este cambio es natural, porque la Tierra está recuperándose de las extremas temperaturas que se dieron en la Pequeña Edad de Hielo (1300 d.C-1850 d.C.) y dicen que el clima actual es el mismo que el que había en el Período Cálido Medieval (900 d.C.-1300 d.C.).
No obstante, ambos cambios en el clima no afectaron a todo el planeta, solo a algunas regiones (noroeste de Europa, este de América, Groenlandia e Islandia). Un estudio con 700 registros climáticos ha demostrado que la única vez que el clima ha cambiado al mismo tiempo y en el mismo sentido en todo el mundo durante los últimos 2 000 años, ha sido en los últimos 150, en los que más del 98% de la superficie del planeta ha experimentado un aumento de temperatura.
Los cambios se deben a las manchas solares o a los rayos cósmicos
Las manchas solares son zonas de la superficie del sol que tienen una actividad magnética muy fuerte, asimismo pueden ir acompañadas de erupciones solares. Aunque estas manchas tienen el poder de cambiar el clima de la Tierra, desde 1978 los científicos utilizan sensores dispuestos en varios satélites para obtener un registro de la energía solar que le llega al planeta. No han encontrado ninguna tendencia ascendente, por lo que no pueden ser la causa del calentamiento global.
Por otro lado, los rayos cósmicos son radiación de elevada energía que se origina fuera del sistema solar, probablemente provenga de galaxias lejanas. Los reticentes al cambio climático han planteado la teoría de que estos rayos son los encargados de "crear" nubes y si, la cantidad de rayos se redujera, las nubes desaparecerían y darían lugar a que el planeta se calentase. Pero esta teoría tiene dos grandes errores: la ciencia ha demostrado que los rayos cósmicos no son eficaces para crear nubes; además, en las últimas décadas la cantidad de radiación ha aumentado tanto que ha llegado a superarlos récords. Por lo tanto, si esta teoría fuese cierta, los rayos deberían haber enfriado el planeta y está ocurriendo todo lo contrario.
El CO? solo es una pequeña parte de la atmósfera, así que no puede calentar demasiado
En el año 1856, la científica estadounidense Eunice Newton Foote, realizó un experimento con una bomba de aire, dos cilindros de vidrio y cuatro termómetros. Con ello demostró que un cilindro expuesto a la luz solar que contiene dióxido de carbono atrapa más calor y durante más tiempo que un cilindro que alberga aire normal. Desde ese momento, los científicos han continuado realizando este experimento en laboratorios y en la propia atmósfera llegando a la misma conclusión que Eunice: el dióxido de carbono emite más gases de efecto invernadero.
Los científicos manipulan los datos
Esta teoría propuesta por los negacionista no es cierta y lo único que intenta es desacreditar el trabajo de los científicos que se dedican a estudiar el clima. Para que una conspiración de estas dimensiones fuera posible, sería necesario que miles de científicos de más de 100 países se pusieran de acuerdo a la hora de mentir sobre los datos obtenidos. Además, los expertos están constantemente corrigiendo y validando la información que recogen, como es el caso de la corrección de registros históricos de temperatura, que ha sido posible gracias al avance de los sistemas de medición.
Pero esto no es todo, a lo largo del tiempo las ciudades han aumentado su tamaño, permitiendo que las estaciones meteorológicas (que antes estaban en zonas rurales) se instalen dentro de las áreas urbanas. Estas son las zonas que presentan temperaturas más altas que el campo. Si los científicos no hubiesen modificado las técnicas de medición antiguas, las cifras del calentamiento de la Tierra durante los últimos 150 años habrían sido incluso mayores de lo que son realmente. Actualmente, el aumento de temperatura se sitúa en 1?C.
Los modelos climáticos no son fiables y son demasiado sensibles al dióxido de carbono
Existe una amplia gama de modelos climáticos, desde aquellos que se ocupan de mecanismos específicos (por ejmplo, los ciclos de las nubes), hasta los modelos de circulación general. Estos son utilizados para predecir el clima futuro de nuestro planeta. En la actualidad hay más de 20 centros en todo el mundo, donde los modelos están constantemente sometidos a pruebas con datos históricos y paleoclimáticos. Además de acontecimientos climáticos independientes (grandes erupciones volcánicas). De esta forma, corroboran que están reconstruyendo el clima correctamente.
Un único modelo no se puede considerar como correcto, pero al tener tantos construidos y calibrados de manera diferente, se puede confiar en ellos si sus resultados coinciden. Todos los modelos muestran un calentamiento significativo cuando se añade dióxido de carbono extra a la atmósfera. A pesar de que los modelos son cada vez más complejos, la escala de calentamiento previsto ha permanecido en baremos similares durante los últimos 30 años, lo que demuestra su que son realmente efectivos.
Después de combinar el conocimiento de los factores naturales y los factores propiciados por el hombre, los expertos aseguran que el 100% del calentamiento global durante los últimos 150 años, es consecuencia del ser humano. Por lo tanto, se puede decir que no existe ningún argumento científico que sirva de apoyo para negar el cambio climático. A medida que las alteraciones extremas del tiempo se vuelvan cada vez más habituales, la población se dará cuenta de que no necesitan que los científicos les digan que el clima está cambiando, ya que lo experimentan en primera persona.