VIH CONGRESO
Derribar el estigma y la discriminación, imprescindible para acabar con la epidemia de VIH
Sin derribar el estigma y la discriminación que sufre el colectivo con VIH no se va a poder acabar con la epidemia del sida. Por eso la Coordinadora estatal de VIH y Sida (Cesida) ha centrado su XIII congreso anual en la reivindicación de la igualdad, la sanidad universal y la justicia social.
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Sin derribar el estigma y la discriminación que sufre el colectivo con VIH no se va a poder acabar con la epidemia del sida. Por eso la Coordinadora estatal de VIH y Sida (Cesida) ha centrado su XIII congreso anual en la reivindicación de la igualdad, la sanidad universal y la justicia social.
"Después de más de cuarenta años de historia de esta pandemia, hemos comprobado que lo más difícil es derribar el estigma y la discriminación que viven las personas con VIH. 150.000 personas viven con VIH en España y siguen padeciendo esta discriminación en todos los ámbitos de sus vidas", ha señalado este viernes en Madrid la presidenta de Cesida, Reyes Velayos.
La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, ha elogiado que el colectivo de personas con VIH se visibilice porque hacerlo aún tiene un "coste injusto, demasiado alto".
"Visibilidad es dignidad", ha defendido Montero, para denunciar que durante muchos años se haya obligado a las personas con VIH a ocultarse con culpa y miedo a ser discriminadas y estigmatizadas.
También la directora de la División de Control de VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio de Sanidad, Julia del Amo, ha reiterado que la eliminación del estigma y la discriminación que padece el colectivo es esencial para acabar con la epidemia del sida.
El coordinador del grupo de trabajo sobre tratamientos del VIH de Madrid, José Fley, ha contado que cuando decidió visibilizar que vive con VIH no estaba preparado para lo que se iba a encontrar: "Lo primero que me dijo la doctora es que con una pastilla iba a vivir bien, pero nadie nos dijo que el VIH era una muerte social, que nos obligaría a vivir en un armario con una puerta muy cerrada", ha recordado.
Arancha Barreiro, voluntaria del Comité Ciudadano Antisida de Asturias, tardó 32 años en poder contar que tenía VIH, años de "mentiras y ocultaciones" para proteger a sus hijos de "unos daños colaterales que son inasumibles": "El peso del estigma es aún mayor que la infección", ha lamentado.
Montero ha reconocido que durante muchos años las instituciones no han estado a la altura de las víctimas del VIH y de sus familias, no han llegado a tiempo, y por ello ha pedido perdón.
"Debemos comprometernos a estar a la altura", ha indicado, "mientras siga habiendo una sola persona con VIH con miedo a comunicar su seropositividad a sus círculos más cercanos o sus entornos laborales, mientras haya una sola persona que sufra rechazo, sea amenazada, agredida o discriminada por ella".
Montero ha sostenido que queda un "largo camino" para sensibilizar a la sociedad, para acabar con la "serofobia" y la "LGTBIfobia", para alcanzar un "mundo sin discriminación que trate de manera digna a toda la comunidad LGTBIfobia".
Este sábado, en el marco del segundo Pride Positivo, se celebra una manifestación en Madrid bajo el lema "Ponemos cara al VIH" para insistir en que "indetectable es igual a intransmisible" y que "hay que acabar con el miedo", ya que es una de las causas del estigma.
Uno de los impulsores de Cesida, Oliver Marcos, ha defendido que se trata de una iniciativa fundamental para "hacer de una habitación tremendamente oscura el lugar más luminoso del mundo", para visibilizarse, reivindicarse y aceptarse.
Una sociedad mejor informada que cuida de la salud de las personas con VIH, ha aseverado Víctor Baceiredo del Programa Pares, contribuye a que el colectivo pueda vivir sin miedo, con calidad de vida y con las mismas oportunidades que el resto.



