Aumenta en un 9.000% la basura compuesta a base de mascarillas
Dos empresas vascas han conseguido desarrollar un sistema de reciclaje de mascarillas que las convierte en diesel y gasolina

Aumenta en un 9.000% la basura compuesta a base de mascarillas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pese a que las mascarillas se han convertido en algo tan cotidiano en nuestra vida, aún son muchos los que no saben cómo deshacerse correctamente de ellas una vez ha acabado su vida útil. De hecho, en España llegamos a consumir unos 700 millones de mascarillas al mes. Este elevado consumo, debido al COVID-19, ha hecho que aumente en un 9.000% la basura compuesta a base de mascarillas. Además, el 75% de estos productos suelen acabar en el mar y vertederos según cálculos de la ONU. Solo en España 6 millones de mascarillas llegan cada mes al océano.
Partes de las mascarillas que son reciclables
Desde el Instituto Tecnológico de Aragón han desarrollado el proceso de reciclaje de estos productos. La primera fase, y más complicada consiste en la desinfección. Por otro lado, las capas que forman los filtros están basadas principalmente en polipropileno, material procedente del petróleo que podemos encontrar en piezas como las fundas de las propias mascarillas. Una vez se dispone de ese material, en formato tipo escamas, se procesa de la misma manera que se procesan otros plásticos, convirtiéndolo en un compuesto completamente apto para su transformación.
Innovación para el reciclaje
Diferentes empresas de tratamiento de residuos han innovado para poder aprovechar esas mascarillas desechables. Un ejemplo en el País Vasco es el que llevan a cabo las compañías Nantek y Orka Residuos que consiguen aprovechar la materia prima de las mascarillas para convertirla en combustible. José Manuel Muriel es gerente de Orka residuos: “Las mascarillas están hechas de un material que, en origen, es petróleo, un refinado del petróleo. Entonces, lo que hacemos es el camino hacia atrás. Lo degradamos de manera a que obtenemos un combustible o la materia prima para fabricar combustible”.
El proceso no es muy complicado. Las mascarillas se introducen en un innovador reactor a alta temperatura y tras tres o cuatro horas se obtienen los productos petroquímicos, que vienen a ser un rango de combustibles y productos para la industria de transportes. Aproximadamente, por cada tonelada de mascarillas se puede conseguir una tonelada de algo muy cercano a la gasolina o al diésel que todos conocemos y que vemos en las gasolineras.
A su vez, este proceso permite que se aprovechen los residuos y a la vez se generen menos. “Con esto conseguimos quitar un residuo del vertedero, y encima, cada tonelada de materia prima que producimos es una tonelada menos que hay que sacar de la naturaleza”.
También existen otras empresas como la francesa Plaxtil, que usa las mascarillas recicladas para la fabricación de Equipos de protección Individual (EPI’s). Para ello, plantean que una vez producida la separación de las diferentes partes de la mascarilla y tras ponerse en cuarentena el material, este se tritura para fabricar soportes de las EPIs. Esto se utiliza sobre todo para producir pantallas transparentes para la protección de la cara.