El pueblo de España donde nació el último emperador del Imperio Romano: su castillo no tiene comparación

La apacible región de Tierra de Pinares fue testigo del nacimiento de una de las grandes personalidades de la historia y convirtió esta localidad en un destino único

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Castillo de Coca, estilo gótico mudéjar del siglo XV

José Manuel Nieto

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Pocas veces un paseo por un pueblo tan pequeño puede sentirse como un viaje a los cimientos de Europa. En plena Tierra de Pinares, entre pinares infinitos y calles silenciosas, Coca esconde un pasado que sorprende a quien se detiene a escucharlo. Este rincón segoviano, con apenas 1.700 vecinos, vio nacer a Teodosio I el Grande, el último emperador que gobernó todo el Imperio Romano antes de que se rompiera en dos mitades. Un origen humilde para una figura que cambiaría la historia del mundo.  

Teodosio nació en el siglo IV en este enclave segoviano. Fue una figura clave en la consolidación del cristianismo como religión oficial del Imperio, marcando un antes y un después en la historia europea. Como explica este contenido de COPE, el emperador nacido en Segovia fue esencial para la expansión de la nueva fe entre los antiguos territorios de Roma: El emperador romano nacido en Segovia que fue clave en la difusión del cristianismo

El legado de Teodosio está presente en Coca, donde un busto con su imagen honra la memoria de uno de los tres grandes emperadores romanos nacidos en Hispania, junto a Trajano y Adriano, como también recoge COPE en su repaso a los emperadores hispanos que dejaron huella incluso en himnos nacionales: El mejor emperador que tuvo Roma nació en Sevilla y su nombre aparece en el himno de Rumanía

Un castillo gótico-mudéjar

Más allá de su relevancia histórica, Coca destaca por albergar una joya arquitectónica sin parangón: el Castillo de Coca. Construido a finales del siglo XV por el arzobispo Alonso de Fonseca, este monumento es una referencia única de la arquitectura gótico-mudéjar, un estilo que fusiona la tradición cristiana con elementos decorativos islámicos, usando principalmente el ladrillo como recurso visual y estructural.

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Castillo de Coca, estilo gótico mudéjar del siglo XV

El castillo ha sido considerado durante décadas como una de las fortalezas mejor conservadas del país. Sus torres poligonales, su doble foso y la simetría de su trazado militar hacen de él una visita obligada para los amantes del turismo histórico. A diferencia de otras fortalezas medievales, esta fue concebida también como palacio residencial, lo que se traduce en una rica ornamentación y un interior sorprendente.

No hay otro igual en toda Castilla y León. Coca ha sabido conservar este tesoro y convertirlo en un símbolo de identidad, atrayendo cada año a miles de turistas que buscan descubrir ese rincón en el que nació uno de los emperadores más influyentes de la Antigüedad, cuyo nombre, curiosamente, nunca ha sido tan popular como el de otros césares más controvertidos, como recoge este audio de COPE: El nombre del emperador romano más odiado significaba “botitas”

Una escapada con historia

Coca no se resume solo en la figura de Teodosio ni en su castillo. El entorno natural de la Tierra de Pinares, la calma de sus calles empedradas y una gastronomía que conserva la esencia de la cocina castellana —como el cochinillo asado o las tradicionales empiñonadas— completan una experiencia que mezcla cultura, descanso y memoria.

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Puerta de la villa de Coca en Segovia

Visitar este pequeño pueblo segoviano es viajar a una época donde el destino de medio mundo se decidía desde Roma, y donde un joven nacido en el corazón de Castilla terminaría convertido en emperador. Coca demuestra que, a veces, los grandes relatos de la historia nacen en los lugares más inesperados.