Mikel Herrán, historiador: "A lo largo de toda la historia se ha cambiado la hora, pero, más allá de ahorro energético, hay que adaptar las costumbres"
El historiador y divulgador Mikel Herrán repasa los orígenes de esta controvertida medida y propone una alternativa: flexibilizar los horarios de trabajo
Mikel Herrán, historiador, en el vídeo
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Cada año, con la llegada del otoño, resurge el mismo debate: cambio de hora sí o cambio de hora no. El historiador y divulgador Mikel Herrán, conocido en redes como @putomikel, ha arrojado luz sobre esta cuestión repasando su evolución histórica. Herrán explica que, aunque el actual horario de verano es reciente, la práctica de ajustar el tiempo no es nueva y ha variado significativamente a lo largo de los siglos. De hecho, el debate sobre si mantener el horario de invierno o el de verano sigue abierto, como cuando Sánchez abrió la puerta a mantener el de invierno.
De Roma a los relojes mecánicos
Antes de la invención de los relojes mecánicos, el tiempo se medía por las horas de sol. Esto significaba, como señala Herrán, que "el día se dividía en el mismo número de horas, lo cual quiere decir que cada hora duraba más en verano y menos en invierno". En la antigua Roma, por ejemplo, una hora estival podía extenderse hasta los 75 minutos, mientras que una invernal se acortaba a unos 40 minutos, una flexibilidad que se ha perdido.
Símbolo del ideal de una ciudad portuaria romana, la historia de la antigua Roma, el Imperio romano
Con la llegada del reloj mecánico a partir del siglo XIV, se impusieron los días de 24 horas de duración fija durante todo el año. Sin embargo, la adaptación al sol no desapareció. Lo que cambió, según el historiador, fue el horario de la vida cotidiana. "Las tiendas y talleres abrían más tarde en invierno y antes en verano para aprovechar el mayor número de horas de sol", explica. Esta costumbre, que hoy puede parecer extraña, afecta directamente a la salud y la exposición a la luz natural.
No se perdía una hora, sino que se trabajaba una hora menos"
Historiador
Herrán cita ejemplos históricos concretos, como los parisinos observados por Benjamin Franklin, que "adaptaban su horario de trabajo y trabajaban más en verano y menos en invierno". Un caso español muy significativo es el de las Cortes de Cádiz, en plena Guerra de la Independencia, cuyas sesiones "empezaban a las 10 en invierno y a las 9 en verano". La clave, subraya el divulgador, es que "no se perdía una hora, sino que se trabajaba una hora menos".
El origen del horario de verano
El gran cambio llegó en el siglo XIX, una era en la que el planeta "empieza a estar más interconectado". La necesidad de coordinar los horarios de los trenes fue uno de los factores que impulsó la idea de unificar las horas de trabajo durante todo el año y, en su lugar, adaptar el reloj. Así comenzó a gestarse el concepto moderno del cambio horario, una cuestión sobre la que muchos se preguntan por qué nos 'roban' una hora.
Primera Guerra Mundial, estallido de la guerra, Alemania, reenganche de reservistas, Berlín, 1.8.1914
El horario de verano se probó por primera vez en algunas ciudades de Ontario (Canadá), pero fue Alemania quien lo implementó a nivel nacional en 1916, en plena Primera Guerra Mundial. "El objetivo era aprovechar las horas de sol para consumir menos combustible en medio de una guerra", aclara Herrán. La medida fue adoptada rápidamente por otros países europeos y, debido al colonialismo, se extendió por gran parte del mundo.
Adaptar costumbres, no relojes
Puede que no sea tan grave entrar una hora más tarde al trabajo en invierno"
Historiador
Mikel Herrán concluye su análisis con una reflexión que invita al debate. Propone dejar de "adaptar nuestro reloj" para "volver a adaptar nuestras costumbres y horarios". El historiador sugiere que, más allá del ahorro energético, deberíamos recuperar la flexibilidad de antaño. En su opinión, es crucial saber a qué hora saldría y se pondría el sol si mantuviéramos un solo horario.
Finalmente, lanza una idea provocadora al aire: "Puede que no sea tan grave entrar una hora más tarde al trabajo en invierno". Como recordatorio, apela de nuevo a la historia: "Total, en las Cortes de Cádiz lo hicieron y sacaron la primera Constitución adelante", sentencia, demostrando que la rigidez horaria no siempre ha sido la norma.
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