Hay historias que, aún a día de hoy, nos sorprenden. Pequeñas casualidades que marcan un antes y un después. En algunas ocasiones, incluso, pueden salvar vidas. Eso es lo que ocurrió en Estados Unidos, en el año 1979.

Curioso, en este caso, que dos periodistas fueron capaces de salvar la vida a un hombre, contando con ayuda de la colaboración ciudadana. Eso sí, lo hicieron de una forma de lo más surrealista: una mano asomada a través de un maletero que circulaba por la carretera.

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Aquella mano tenía nombre. Se trataba de Gary O. Collier, un hombre que consiguió salvar su vida, precisamente, gracias a este sencillo gesto. Durante la mañana del 5 de mayor de 1979, la redacción de 'The Birmingham News' comenzó a recibir informes de personas que habían visto por la carretera aquel vehículo del que sobresalía una mano a través del maletero.

Fue así como un joven reportero en prácticas, Mark Winne, y un fotógrafo veterano, Jerry Ayres, se armaron de valor y pusieron rumbo a aquella carretera para dar con el Dodge de color marrón que tantas personas habían reportado a lo largo de la mañana. Parecía una misión de lo más complicada, pero no imposible.

Contra todo pronóstico, los dos periodistas dieron con el vehículo que viajaba hacia el norte a través de la interestatal 20/59, en Ensley. Siguieron al Dodge a través del tráfico y en un momento concreto de la persecución, el joven reportero (quien iba de copiloto) tomó el control del volante para que su compañero pudiera tomar fotografías del coche marrón del que sobresalía una mano. Fue así como estos periodistas iniciaron una persecución de hasta 30 minutos, en continuo contacto con otros compañeros que a su vez estaban hablando con la policía, lo cual permitió que retuvieran al coche el tiempo suficiente hasta que llegaron los agentes. Finalmente, pudieron liberar a Gary.

Aturdido tras abandonar el maletero, contó a los agentes que había pasado más de 12 horas encerrado en aquel pequeño espacio, además de haberle robado unos 350 dólares después de haber sido secuestrado la noche anterior al salir de un bar. Además, el hombre de 35 años aseguró que consiguió sacar los dedos del maletero después de arrancar el aislamiento que suelen tener con gomas.

Joseph M. Fendley, de 27 años; su tío Wilbur M. Fendley, de 49 años y Robin Green, de 24 años, fueron detenidos como autores del secuestro.