Un macabro proyecto llamado eutanasia infantil
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Actualizado 28 may 2017
La eutanasia infantil afronta en Bélgica el último tramo de su tramitación parlamentaria. Por eso la Iglesia convocó ayer una jornada de ayuno y la oración para tratar de frenar el proyecto. No creyentes y personas de otras confesiones fueron invitados a unirse. Hace unas semanas los líderes de las principales religiones del país advirtieron conjuntamente sobre los peligros de una ley que, según afirman, «no sólo» matará a muchos niños, sino que amenaza con destruir «los lazos que existen en nuestra sociedad». También ha habido protestas entre los médicos. Un grupo de pediatras ha advertido de que esta ley es absolutamente innecesaria, ya que Bélgica dispone de los cuidados paliativos necesarios para que ningún niño sufra los «dolores insoportables e inaplacables» a los que apela la ley.Tampoco se conoce un solo caso de un niño que haya pedido la eutanasia en Bélgica. En adultos, en cambio, los casos van progresivamente en aumento, como esperpéntico reflejo de una sociedad que se deshace de los más débiles. Aumentan en los hospitales los casos de abuso, sin que nadie los investigue. Pero además, ante el riesgo de convertirse en estorbo para los demás, muchos ancianos y enfermos están entregando a sus familiares autorizaciones para que decidan el momento de suministrarles una inyección letal. Hablar de triunfo de la libertad, de compasión o de avance de los derechos parece una broma macabra.
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