A temperaturas de 20 o 30 grados bajo cero, reales o simuladas, dependiendo del viento, las partes expuestas al frío, como la nariz, orejas o rostro, pueden empezar a congelarse”, explica en La Mañana el experto en ciencia Jorge Alcalde.Con estas temperaturas, en tan sólo 20 minutos una persona puede morir congelada, aunque la hipotermia no se nota fácilmente. “Los primeros síntomas son hormigueo en nariz y orejas por la falta de riego sanguíneo. La llaman la muerte dulce porque no produce dolor o desazón”. El cuerpo está preparado para vivir entre 36 y 37 grados y para lograrlo tiene unos mecanismos de defensa. “Cuando la temperatura empieza a descender, el organismo concentra la sangre en los órganos vitales". Si nuestra temperatura desciende por debajo de los 32 grados “entraríamos en una fase de hipotermia severa y dejaríamos de temblar. Se siente cierta placidez por eso se la conoce como la euforia del montañero, parece que te reanimas pero realmente la sangre está siendo bombeada de manera radical al cerebro y  se empieza a tener alucinaciones y a perder la consciencia”. Eso sí, llegado ese punto hay que actuar de manera pasiva. “No hay que poner calor, ni dar friegas, ni moverse porque la sangre fría de la periferia llegaría al corazón o cerebro y nos mataría mas rápidamente”, advierte Alcalde.“Hay que mantener el cuerpo aislado de las fuentes de frío, sobre todo del suelo, taparlo con mantas y dejar que se vaya calentando poco a poco”, recomienda el director de Quo.PINCHA AQUI para escuchar la entrevista