Este edificio que acabó de construirse en 2011 es un edificio nuevo, y moderno. Entras y ves los acabados propios de construcciones punteras. Grandes ventanales, colores vivos…está prácticamente acabado: hay hasta extintores. Lo desolador, es que alguien ha lanzado uno de esos extintores contra una ventana, hay cristales en el suelo, puertas arrancadas, el cuadro de luces destrozado, grafittis en las paredes… todo vandalismo y destrozo. La construcción costó tres millones de euros pero nunca llegó a dotarse de personal. El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky ha dicho que esto responde a la dejadez del gobierno de Ana Botella en el mantenimiento no solo de este edificio, sino de la ciudad en general. Lissavetzky ha hablado del desgobierno, derroche, dejación, desprecio y despreocupación del ejecutivo de Ana Botella.