El 31 de julio de 1954, Villaverde dejó de ser municipio independiente para incorporarse a la “corona” del Ayuntamiento de Madrid. Casi setenta años después de su integración administrativa en las orillas de la capital de España, Villaverde y sus ciento cincuenta mil habitantes se enfrentan a uno de sus momentos más complejos y duros. Este distrito del sur de Madrid supera los mil casos de coronavirus por cien mil habitantes, como también les ocurre a otros distritos del cinturón sur madrileño como Puente de Vallecas o Usera, mientras Carabanchel se acerca a la peligrosa barrera de los mil.

Horas antes de conocer con exactitud hasta dónde llegará la nueva vuelta de tuerca en las medidas que ponga en marcha el Gobierno regional para frenar la expansión del virus en las zonas más castigadas de la Comunidad de Madrid, nos paseamos por las calles de Villaverde para pulsar el ambiente. Nos encontramos con una paleta de reacciones que van del “no queda más remedio” al “hay otro tipo de soluciones” o “esto no vale para nada”.

Juan José, vecino jubilado de Villaverde Bajo, asegura a COPE que “las nuevas medidas más restrictivas le parecen muy bien y que son necesarias para evitar que se siga propagando el virus".

sus anchas. Es mucho más importante salvar vidas humanas que no poder salir de casa en quince días”. Serafín es de la misma opinión: “Me parece muy bien si nos confinan porque hay mucha gente que no lleva la mascarilla y además se están haciendo demasiados botellones en los parques. Ahora también es verdad que en el transporte público se debería tener más cuidado porque tantas aglomeraciones pueden ser causa de contagios”. De la misma opinión es Luna, una joven estudiante de Villaverde que se queja de que “en lugar de haber más trenes hay menos y vamos en los vagones como sardinas en lata”.

Vero califica de locura la posibilidad de un nuevo confinamiento parcial: “Con el trabajo tienes que desplazarte fuera del distrito así que no tiene mucho sentido”. Gabriel coincide con Vero: “aquí la gente no puede teletrabajar y yo lo que pediría a la Comunidad de Madrid es que buscara sitios como Ifema para aquellas personas que viven hacinadas, hasta diez personas en pisos pequeños, algo que puede ser un foco de contagio, aunque la presidenta Isabel Díaz Ayuso prefiera irse a vivir a un hotel de lujo”.

Entre el cielo y el suelo de Villaverde, hay muchas palabras terminadas en “on”: preocupación, indignación, resignación. Pero no son palabras para morirse de risa como aquellas de la vieja canción de Manolo García y Quimi Portet en su época del grupo “Los Burros”.