La crisis económica, provocada por la pandemia del coronavirus, está causando que se pospongan muchos planes de vida, como por ejemplo; la emancipación de los jóvenes. A esto también se suma el hecho de que muchos de ellos sólo disponen de contratos temporales y no cuentan con esa seguridad que les garantice poder alquilar un piso o incluso, hipotecarse. Según los datos del último estudio del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, los jóvenes madrileños deberían destinar el 105% de su sueldo para cubrir el alquiler medio de la comunidad, que es de 1.776 euros. Son, por tanto, varios factores los que impiden a los jóvenes dar el paso.

La descompensación que existe entre los elevados alquileres y los bajos salarios hace que se piensen más lo de independizarse y decidan continuar viviendo con sus padres. Claudia, de 25 años y publicista es una de esas jóvenes que ha decidido retrasar, por el momento, la fecha de irse a vivir a un piso por su cuenta. Ella considera que los contratos precarios y los bajos salarios constituyen el principal problema. “También todo el tema de los precios de los alquileres, que la verdad es que son casi el total de lo que percibimos en neto al mes los jóvenes. Entonces es muy complicado independizarnos solos. Por eso optamos vivir con amigos, porque un alquiler entero no nos lo podemos permitir.” Isabel, de la misma edad y auxiliar de enfermería, también se encuentra en la misma situación de Claudia. Tenía pensado que para estas fechas aproximadamente estaría independizándose con su pareja y ya había mirado algunos pisos por el centro de Madrid. Pero los contratos de alquiler tan caros y también la incertidumbre que genera la actual crisis sanitaria, han sido motivos suficientes para aplazar este objetivo. Ambos tienen miedo de lanzarse a la piscina con la inseguridad que supone ahora el mundo laboral. “Como todo está en el aire, respecto al trabajo sobre todo, nos da miedo meternos en contratos de alquiler o hipotecas. Creo que nos ha tocado vivir una situación muy difícil para dar ese paso”.

El estudio también revela que una persona joven asalariada podría permitirse un alquiler de 22,9 metros cuadrados. También se demuestra que el 86,3% de los contratos son temporales. La tasa de paro se ha situado este segundo semestre en el 17%, y además se eleva en el grupo joven de 16 a 24 años. Estas circunstancias provocan el aumento de jóvenes que decidan prolongar la estancia en la casa de sus padres o que se planteen vivir en otras ciudades.