Estaba previsto que Rosa, peruana de 33 años, dejase el piso ocupado el próximo lunes tras el acuerdo al que había llegado con la empresa Desokupa que le había convencido de que tenía que dejar la casa. Pero finalmente ha sido esta madrugada cuando la asistenta ha recogido sus pertenencias y, junto a un grupo de amigos, se ha ido.

Así lo ha asegurado a COPE Pepe, un vecino de esa zona que, cuando se iba a trabajar a la una y media de la madrugada, ha visto como Rosa, acompañada de un grupo de 4 ó 5 hombres de origen latino, se montaba en una furgoneta blanca donde habían depositado previamente las pertenencias.

La casa, el 4º A del número 21 de la Avenida Juan Carlos I de Leganés, ya está en poder de Rosana, una de las hijas de Pilar, la mujer de 75 años de la que cuidaba Rosa y que falleció por COVID a finales de Marzo.

Esos hijos han recuperado el piso, pero siguen con las dudas de cómo murió su madre. Si fue muerte natural o no. De momento, y según ha podido saber COPE, la Policía Nacional no investiga este caso como un homicidio. Aún así, las hijas de Pilar están intentando recabar pruebas para reabrir el caso judicialmente. Sospechan que hay algo más que una "okupación" en este caso.

En este caso no podrán disponer de la prueba principal. El cadáver de su madre. Rosa ordenó incinerarlo nada más producirse el fallecimiento y sin el consentimiento de los hijos. Sólo llevaba cuidando de ella 7 semanas.

Hasta 150 vecinos de esa zona se habían concentrado este jueves a las puertas de este edificio para apoyar a la familia y exigir el desalojo del piso. Manifestación no autorizada y que tuvo que ser dispersada por la Policía Nacional al no guardar los manifestantes la distancia de seguridad.