Ha pasado más de un mes, y la esquina aún sigue acordonada para evitar mas calambrazos. Muchos vecinos se sorprenden todavía cuando pasan por la zona y todavía ven cómo el problema de las alcantarillas eléctricas no se ha solucionado. Primero fue la Policía Municipal, para atender la llamada de unos vecinos que al pasear con sus perros notaron que estos comenzaban a dar brincos, y que al tocarles para ver qué les pasaba, recibieron un molesto calambrazo.

Al principio no entendían muy bien qué estaba pasando. Y la teoría es que debajo de las alcantarillas, pasan cables de la luz y de fibra que abastecen a los vecinos de la calle Ferraz y a los de la calle Quintana. Uno de estos cables se ha debido de estropear, y como consecuencia ha entrado en contacto con la parte interna de la alcantarilla y al ser de metal se electrificó.

La lluvia de estos días ha hecho que se cree una especie de manto eléctrico, y claro, los peludos que paseaban por la zona, al llevar sus patas, lógicamente, descubiertas, hacía que recibieran una descarga eléctrica. De momento el Ayuntamiento asegura que los operarios están revisando la zona. Cuando hemos llegado a hablar con los vecinos nos han cmentado que no han visto a nadie acercarse al lugar y arreglar nada. Y es que precisamente se quejan de eso, de la poca atención que están prestando a este problema. Ahora solo espera que este fin de semana no llueva.