Gregoria, despedida con muchos reconocimientos, ha reconocido que el papel de la mujer en el cuerpo ha cambiado muchísimo. Aunque ha reconocido que sus padres le proporcionaron todo su apoyo pese a que en esa época no era habitual ver una mujer en la policía: “Mi padre se sentía muy orgulloso, tanto mi madre como mi padre estaban muy contentos”.

En estos 40 años de servicio ha trabajado en muchos departamentos, pero recuerda de forma especial el último, donde se encargaba de dar respuesta a las necesidades de los madrileños desde el 092.

Aunque para ella se abre un tiempo que, sin duda, es diferente, tiene claro a que lo va a dedicar. Gregoria Gómez quiere viajar y administrar un tiempo que, por fin, parece suyo. Aunque en ella quedará ese instinto que le ha llevado a estar 40 años sirviendo al prójimo.