J.L. Restán | Línea Editorial

Corea del Norte requiere disuasión de la buena

Más escalada a cuenta de las pruebas nucleares de Corea del Norte. Pyongyang dice haber hecho estallar una bomba de hidrógeno y Estados Unidos le ha respondido asegurando que está dispuesto a reaccionar utilizando su arsenal nuclear. La Corea del Norte de 2017 no es el Iraq de 2003. Aquí sí hay un régimen con armas de destrucción masiva que supone una amenaza real. Por eso es necesaria una respuesta mucho más precisa que la que está dando Donald Trump. El régimen de Pyongyang parece encantado de haber conseguido su objetivo: que Estados Unidos, gigante militar y geoestratégico, se haya rebajado a rivalizar y polemizar en el mismo lenguaje y en el mismo terreno que Corea del Norte. La respuesta de Trump, amenazando primero con furia y fuego y después con un ataque nuclear, retroalimenta la dialéctica de uno de los sistemas más siniestros que existen hoy en el mundo. La disuasión tiene sus reglas y una de ellas es que la amenaza que provoca la contención sea creíble. Por eso se necesitan pocas palabras y hechos contundentes. No se discute, no se polemiza con un enemigo inferior que consigue crecerse cuando se le responde en su mismo terreno. La verdadera vía es el aislamiento comercial con la ayuda de China, y Washington lo sabe. Es difícil pensar que la población norcoreana pueda estar peor, y cerrar el paso a la entrada de divisas, que solo se utilizan para la carrera armamentista, es un buen modo de minimizar la amenaza.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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