18 DE MAYO
San Juan Pablo II, un gigante de la fe
El papa emérito Benedicto XVI, en la carta que ha escrito a los obispos polacos con motivo del centenario, rechaza que San Juan Pablo II fuese un rigorista moral

San Juan Pablo II, un gigante de la fe
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Hoy hace un siglo, en la localidad polaca de Wadowice, nacía Karol Wojtila. El hombre que durante más de 25 años llevó el timón de la barca de Pedro es un gigante de la fe, sin el cual es imposible entender el último tercio del siglo XX. Como ha destacado esta mañana el Papa Francisco, sus rasgos principales fueron la oración, la cercanía al pueblo y el amor por la justicia. San Juan Pablo II era un hombre de Dios porque rezaba mucho. Era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscándola. Y fue un hombre que también quería y buscaba la justicia, pero justicia plena, y para ello hablaba de la misericordia, porque no hay verdadera justicia sin misericordia.
El papa emérito Benedicto XVI, en la carta que ha escrito a los obispos polacos con motivo del centenario, rechaza que San Juan Pablo II fuese un rigorista moral, como algunos lo intentan dibujar. Siempre entendió que nuestro esfuerzo moral se hace a la luz de la divina misericordia, que es la fuerza curativa para nuestra debilidad.
Le tocó vivir una época tan apasionante como compleja: una Iglesia agitada por la recepción del Concilio Vaticano II, no siempre entendido en clave de continuidad y renovación, y un escenario político en el que se vivían los estertores de la Guerra Fría y que iba a conocer la caída del Muro de Berlín. Su infatigable entrega para llevar el Evangelio hasta el último confín de la tierra nos ilumina en este momento de prueba. Hoy resuenan como bálsamo e incentivo sus continuas llamadas a no tener miedo y a abrir las puertas a Cristo. Querido san Juan Pablo II, ¡ruega por nosotros!



