Europa se ha levantado hoy con la advertencia de la Organización Mundial de la Salud de que, en las próximas semanas, más de la mitad de la población del continente estará contagiada con la variante de ómicron del Covid-19. En la última semana han sido siete millones los contagiados, pero dos de cada tres casos son asintomáticos, y la protección de las vacunas está permitiendo que ese nivel brutal de contagios no se traslade a las hospitalizaciones, y que la letalidad sea mucho menor.

Uno de los problemas conexos es la multiplicación de bajas laborales por el confinamiento de los infectados, con la amenaza de paralizar sectores clave de la economía, además de colapsar los centros de atención primaria, columna vertebral del sistema sanitario. Por todo ello, varios gobiernos, entre ellos el español, estudian la posibilidad de una transición para llegar a gestionar el Covid-19 como un episodio endémico, igual que ocurre con la gripe. La iniciativa ha sido criticada por la OMS y por algunos expertos, que aconsejan cautela hasta que se confirme el comportamiento de esta sexta ola, que empieza ya a tocar techo según los datos aportados por algunas Comunidades Autónomas.

Las próximas semanas serán sin duda decisivas, tanto en el ámbito sanitario como en el laboral. Necesitamos claridad en los gobernantes, que la ciencia siga avanzando y que la sociedad civil no caiga ni en un alarmismo patológico ni en una relajación imprudente.