La visita del Presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella, a la Vicepresidenta Carmen Calvo, se encuadra en un contexto de colaboración y respeto recíproco entre la Iglesia Católica y el Gobierno de la nación. El comunicado posterior al encuentro constata la buena disposición de ambas partes para abordar sin restricciones una amplia agenda de cuestiones de interés mutuo, en el marco definido por la Constitución Española y los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado. No se esconde que pueden surgir discrepancias en algunos temas, como es lógico en una sociedad democrática. Cuestiones como la fiscalidad de la Iglesia, la protección de la infancia o las inmatriculaciones, y también propuestas legislativas que interpelan a la conciencia cristiana, como la ley de educación o la de eutanasia, serán objeto de un diálogo que debe ser sincero y respetuoso por ambas partes.

Esta visita, la primera desde que el cardenal Omella asumiera la presidencia de la CEE, poco antes de que estallara la pandemia, ha permitido que se establezcan una serie de mecanismos de interlocución, principalmente la Comisión Mixta contemplada en los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, para hacer efectivo y fluido el diálogo entre ambas instituciones. La Iglesia acaba de mostrar su amplio y profundo compromiso con el bien común de la sociedad española a través de su Memoria anual de actividades. Un gobierno auténticamente laico debe saber valorar la aportación de las diversas confesiones religiosas en una sociedad plural, y ponderar el arraigo social de una realidad como la Iglesia católica en España.