Línea editorial: "El islam reacciona a la barbarie"

Hace tiempo quedó desvanecida toda esperanza sobre el propósito de enmienda de los talibanes en Afganistán. Pero el veto a las chicas en la educación secundaria y universitaria es la gota que ha colmado el vaso de la paciencia internacional. La dura reacción de la ONU tendrá consecuencias prácticas en la llegada de ayudas internacionales, sobre todo después de la decisión de varias ONG de abandonar el país.

Los talibanes son responsables del dramático empeoramiento de las condiciones de vida y no pueden seguir limitándose a culpar a un complot occidental. El mundo musulmán se ha sumado esta vez activamente a las condenas. Muy significativa ha sido la dura reacción del Imán de al-Azhar, la principal autoridad en el Islam sunita, rama a la que pertenece el régimen integrista.

En ello ha influido el diálogo iniciado por los últimos papas con los principales centros de pensamiento islámico, en busca no solo de mayor entendimiento recíproco, sino de una apertura conjunta a la razón, deslegitimando cualquier uso espúreo de la razón. Benedicto XVI se atrevió a poner este espinoso asunto sobre la mesa y Francisco ha sabido después cultivar una relación de respeto y amistad sincera que está facilitando un debate interno muy necesario dentro del Islam para purgarse de elementos como el extremismo talibán, que repugnan a cualquier verdadero creyente en un Dios compasivo, justo y misericordioso.